­El realizador y guionista Santi Amodeo se encuentra inmerso actualmente en la preproducción del que será su quinto filme, Yo, mi mujer y mi mujer muerta, cuyo rodaje comenzará próximamente en Marbella. Pero antes, el director de El factor Pilgrim -cinta que firmó al alimón con Alberto Rodríguez y que supuso el debut de ambos en el largometraje-, Astronautas, Cabeza de perro y ¿Quién mató a Bambi? acudirá al Festival de Málaga Cine Español para recibir el Premio Eloy de la Iglesia, galardón con el que el certamen quiere reconocer el particular universo estético y narrativo de uno de los cineastas andaluces más interesantes.

¿Cómo se ha tomado este reconocimiento?

Me siento halagado. Admiro a quienes han recibido el premio antes que yo [Nacho Vigalondo, Cesc Gay, Martín Cuenca, Pablo Berger, Paco León...], así que para mí es todo un honor.

Hace ya un par de años que anunció el proyecto de su nueva película. ¿En qué punto se encuentra Yo, mi mujer y mi mujer muerta?

Pues continúo trabajando en ella...

¿Tiene ya el reparto cerrado?

Tengo algunos nombres perfilados. No soy supersticioso en la vida, pero sí en el cine. Y por eso no me gusta hablar de asuntos de mis películas que no están del todo cerrados.

¿No le parece que el cine andaluz vive su mejor momento y que está a punto de explotar?

Creo que ya ha explotado. Y nada más hay que ver cómo en los Goya siempre hay actores o directores andaluces. Quizá hagan falta más productores capaces de invertir. El cine es caro y necesita de productores y del impulso de las televisiones. Poco a poco las instituciones también se están dando cuenta de cómo el cine contribuye a difundir la imagen de Andalucía, algo que ha ocurrido con La isla mínima, por ejemplo. Espero que comiencen a prestar más interés hacia el cine. A invertir y ordenar las leyes.

El cine es caro, pero también existen otras fórmulas, como la empleada por Paco León en su primera película, que se estrenó al mismo tiempo en las salas y en internet.

Ese estreno de Carmina o revienta fue posible porque tenía un presupuesto muy bajo. De hecho, Paco León no lo ha vuelto hacer ni volverá a hacerlo, a menos que regrese a las películas de presupuestos pequeños. El cine es caro y además requiere de una financiación, que depende de respetar las ventanas. Esto es: estrenar en los cines y sacar el máximo dinero posible de las salas; que se venda a una televisión de pago, y por tanto exclusiva, y se obtenga el máximo beneficio, y que después llegue a la televisión en abierto.

La industria de la música, igualmente cara, ha sabido reconducir su modelo de negocio...

Hacer cine no es caro en sí. De hecho, las películas de autor del llamado nuevo cine español poseen presupuestos casi inexistentes. Son muy artys y se ven cosas realmente buenas. Lo caro del cine es la industria. En comparación, la industria de la música es infinitamente más barata. Un disco de Alejandro Sanz no cuesta ni de broma lo que vale una película media, que ronda los dos millones y medio de euros.

¿Y no supone eso una gran muralla para los que quieran hacer del cine su medio de vida?

Siempre ha sido difícil. Cuando yo empecé, que eran los tiempos de las vacas gordas, también lo era. Al final llegábamos al cine los que teníamos mucha suerte, ni siquiera los mejores. Ahora es más fácil hacer tu primera película, pero que la vean es más complicado. Por ejemplo, una película de autor y compleja como era Cabeza de perro, hizo más de 100.000 espectadores. Ahora, una cinta de autor de éxito no alcanza ni los 25.000. El cine ha cambiado de una forma notable.

¿Responde también esta situación al poco miramiento de la política hacia la cultura?

Claro. Y no porque el Gobierno sea del PP, ya que la primera ley buena que yo conocí la hizo Aznar, a quien creo que le interesaba la cultura y que tenía una visión menos obtusa. Lo que ha hecho el Gobierno actual con la cultura, no sólo con el cine, es antipatriota.

¿Todavía se están pagando los platos de aquellos Goya del «no a la guerra»?

Sería muy ridículo si fuera así. Y por lo tanto quiero pensar que no, sino que estamos en manos de gente poco preparada. No hay nadie en el Gobierno que lleve un libro debajo del brazo. Creo que tenemos un Gobierno muy tecnócrata y muy poco preparado. Es mi impresión, a lo mejor luego hablas con Montoro y resulta que es súper culto. Aunque no lo parece, la verdad.

¿Cómo ve el estado del cine español actual?

Lo que industrialmente está bien apoyado, que son las películas de las televisiones privadas, Antena 3 y Telecinco, va muy bien. Son películas que tienen industria detrás y por ello creo que se está haciendo un cine comercial mejor que nunca. En el cine se están haciendo cosas muy brillantes y muy originales, pero se ha quedado en un espacio muy marginal. Hemos perdido presencia en los grandes festivales. La importancia que ha tenido el cine español, uno de los países que más premios Oscar ha recibido, por detrás del propio cine norteamericano, se ha perdido. Esa presencia ya no está. Y es algo que da un poco de pena.