El estreno en las pantallas españolas de Janis, el documental dirigido por Amy Berg, ha devuelto a primer plano de la actualidad a Janis Joplin, uno de los grandes mitos femeninos del rock and roll. Su legado discográfico es corto, pero las circunstancias que confluyen en su trayectoria vital y artística han hecho de ella una de las figuras más emblemáticas de la música popular. Su carrera estuvo marcada por su fuerte personalidad como intérprete (compuso escaso material propio), hasta el punto de que pocos se han atrevido a grabar nuevas versiones de los temas de su repertorio después de su muerte. Me and Bobby McGee, Piece of my Heart o Try (Just a Little Bit Harder) han quedado asociados para siempre a su voz impregnada de tabaco y alcohol.

Nacida en 1943, amante del blues y seguidora de Bessie Smith, Janis tuvo una adolescencia problemática, lo que la llevó a sentirse marginada incluso en los círculos beatniks que frecuentaba. Hospitalizada por primera vez a los 18 años, a causa de una intoxicación etílica, debutó como cantante en 1962, con The Waller Creek Boys. Posteriormente se trasladó a San Francisco, donde sobrevivió a base de empleos ocasionales sin abandonar nunca sus inclinaciones musicales.

En 1966 se une a Big Brother & The Holding Company, con quienes participa en el Monterey Pop Festival del año siguiente y logra un contrato con Mainstream Records. El álbum resultante hace que CBS se fije en su expresividad vocal y edite Cheap Thrills (1968), que llega al número uno de las listas de ventas y la convierte en estrella. Incómoda con la fama adquirida y mal aconsejada por su manager, se separa de la banda y comienza a tener serios problemas con la heroína. Su siguiente disco, el directo I got dem ol´ Kozmic Blues again, llega en 1969, y al año siguiente vuelve al estudio para grabar Pearl acompañada por el grupo Full Tilt Boogie, pero no termina las sesiones: El 4 de octubre fallece a causa de una sobredosis. Su trayectoria, tan breve como intensa, reformuló la tradición negra del blues y el soul convirtiéndola en un mito, la encarnación de la búsqueda de libertad y nuevas sensaciones de toda una generación.

«Janis Joplin fue capaz de transformar todo su dolor en arte y de sacar su hermosa música del dolor tan profundo que sentía», asegura Amy Berg, directora del documental que desvela el carácter introvertido y la faceta más vulnerable de la cantante. En este filme, estrenado en la pasada edición del Festival de Venecia, se observan a «dos Janis, según sostiene la directora. Por un lado, «la mujer que lloró en el escenario, a quien se puede ver en las grabaciones de vídeo» y, por otro, «la mujer tímida e introvertida».

En el juego de equilibrios que realiza la directora entre la faceta artística y la personal destaca el testimonio de Joplin (Texas, 1943-Los Ángeles, 1970) a través de las cartas que envió a su familia, gracias a las cuales puede mostrar «lo que significaba tenerla cerca, en casa» y ayuda a entender su vida.