­Que Ignacio Nacho prepare un largometraje siempre es una buena noticia. Este hombre inquieto e inclasificable, que tiene en su currículum, entre muchas otras cosas, una película muda experimental -Poliedro- y un documental sobre El Mocito Feliz, es un talento singular con cosas que decir. Además, ahora quiere que el público le atienda. Y por eso ha apostado por una comedia y, ojo, dice que «accesible», una palabra que hasta ahora tenía difícil acomodo en el cuerpo de trabajo del autor de chaladuras como Casa Paco. Pero así quiere que sea El intercambio, un filme con el que, dice, estar «entusiasmado, como un niño con zapatos nuevos». Y no nos extraña: ya tiene apalabrados a Pepón Nieto, Salva Reina y Natalia Roig, pero será un elenco «muy potente, con más nombres de primera división que aún no puedo desvelar». Empezará a rodarla, si nada se tuerce, el 20 de junio.

«Nunca he rehuido la comedia, pero hay muchas formas de encararla. No quiero que ésta sea una comedia al uso, con el perfil de comedia española blanca, muy luminosa, con la dirección de arte muy descuidada... A mí esas películas no me interesan nada. Aquí la apuesta es un proyecto con mucha personalidad pero que no provoque rechazo; no quiero perder mi tono pero tampoco darle la espalda al público», asegura Nacho.

Para ello cuenta con dos aliados indispensables: el músico Antonio Meliveo, que ha bandasonorizado gran parte de su trayectoria -«Muchos de los premios que tengo en mi estantería se los debo a trabajos para Ignacio», suele comentar Meliveo-, y el productor Dylan Moreno, «un hombre con un arrojo desmedido que roza la inconsciencia y que se ha metido en este berenjenal». Recordemos que Moreno, actor malagueño, financió en gran medida Rey Gitano, de Juanma Bajo Ulloa.

Pero, ¿de qué va El intercambio? Nos la resume quien la ha escrito y la va a dirigir: «La trama nos presenta a una pareja que después de una serie de años de matrimonio decide hacer un intercambio de parejas para oxigenar la relación. Lo que se preveía como una noche excitante y agradable marca un punto de inflexión para todos los participantes en el juego». ¿Y qué película podría tomarse como referencia? Ignacio Nacho no lo duda: «Todo discurre en un solo lugar y la potencia reside en los diálogos por lo que podríamos decir que se parecerá a Un dios salvaje [el filme de Polanski sobre la obra de teatro de Yasmina Reza]. También porque contiene situaciones ante las que no sabes si reír o llorar».

El intercambio es un proyecto «bastante adecuado para esta situación inquietante de presupuestos limitados y ausencia de subvenciones», asegura el malagueño, quien dice haberlo dispuesto todo para «un rodaje amable»: «Se trata de una película con una única localización, basada en los diálogos y los actores... No tendríamos que necesitar más de tres semanas para filmarla».