­La pintora mexicana Frida Kahlo y el fotógrafo colombiano Leo Matiz se conocieron en un contexto muy determinado, el México de comienzos de los años 40, y el resultado de ese encuentro se puede ver en una exposición de fotografías inédita en España que se inauguró ayer en Málaga. Son medio centenar de imágenes las que se exponen en el centro de cultura contemporánea La Térmica, en las que el principal protagonismo es para Frida Kahlo, que posa en repetidas ocasiones para Leo Matiz. «Cuando Matiz se acerca a los muralistas mexicanos, se encuentra con Frida, quien aprendió junto a su padre a mirar el arte y también a posar, y desde niña le gustaba vestirse en los eventos familiares de hombrecito, con su traje y corbata», explicó ayer la comisaria, Angustias Freijo.

Nacido en Aracataca, pueblo también de García Márquez, Matiz llegó a México después de tres años caminando con sucesivas paradas en distintas ciudades, y tendría una azarosa vida como fotógrafo de guerra y autor de portadas de publicaciones como la revista Life. Leo Matiz encontró en Frida Kahlo a un «personaje escandaloso entonces para una vida mexicana llena de tradiciones, con varios amantes, tanto hombres como mujeres». De ese encuentro en La Casa Azul en 1941 son muchas de las fotografías, pero también se exponen algunas de las que tomó Matiz en 1996, dos años antes de su muerte, cuando fue invitado a la vivienda de Coyoacán cuando ya había sido convertida en un museo en homenaje a Kahlo.