Pedro Ocaña, OKÑA, lleva casi dos décadas entre nosotros. Importamos de Jaén a este creador, buscador y catalizador que gusta definirse como «autodidacta, ecléctico y amo del despropósito» y aquí, antes del Pompidou y del Ruso, del microteatro, de las casas-galerías de arte -sí, había una Málaga pre todo eso-, él ya organizaba teatro en casas, muestras de arte efímeras y todo aquello que se le ocurriera a él y a su panda de amigos, colaboradores y admirados. Hoy, sigue en sus trece, con su misma filosofía de arte como juego, vínculo, emoción y diversión. Charlamos con él sobre su presente, futuro y el de la ciudad donde trabaja.

«I like una virgen»

La actualidad de OKÑA pasa por I like una virgen, un proyecto que, sin haber visto la luz, ya ha cosechado alguna que otra polémica. «Se trata de mezclar iconografía religiosa con iconos actuales», explica el artista, quien ha realizado collages de imágenes sagradas con fotos de rostros de, por ejemplo, Rossy de Palma o Penélope Cruz. «Adoramos a un futbolista, a una estrella del pop, a una ex de un torero y a una virgen. Somos de adorar». ¿Y dónde está la polémica? Al parecer, algunas hermandades sevillanas han amenazado con emprender acciones judiciales contra el creador por manipular el look de sus vírgenes, cuya imagen estaría registrada. El creador se muestra diplomático al respecto: «No creo que nadie tenga que apropiarse de los iconos populares. Cuando empezó San Almodóvar (salvando las distancias, que no me quiero comparar con don Pedro) le cayó la del pulpo, pero él hizo que España y sus tradiciones se vieran en el mundo». Y lanza un mensaje meridiano para los más suspicaces con este tipo de operaciones artísticas: «Dejad que los creadores se inspiren y jueguen con nuestra cultura, sí, de todos, no de unos cuantos. Viva España».

The Lonely People

Uno de los proyectos que más le entusiasma es The Lonely People. «Somos muchos ahí: Federico Rodas, Nacho Mayorga, Lila Amir, Martindearriba, María Luisa Tiriti, Cristina Savage... Son mis manos; yo soy el liante». Todos hacen performances callejeras, que implican al espectador como testigo de excepción de acciones de alto voltaje emocional -lo sabrán quienes asistieron a Saudade, en la explanada del CAC Málaga-. «Yo no soy director de teatro; soy director de mis cosas y a mí me salen de un modo muy visual, muy gazpacho, muy puchero; o sea, mezclo música, imágenes y, sobre todo, sentimientos. No pretendo más que vomitar lo que llevo dentro y transmitirlo porque de eso va esto del arte, ¿no?».

The Lonely People se presentarán pronto en Madrid, en LaJuan Gallery -con tres intervenciones: la citada Saudade, Vitrine y Sexse-, y también en el aperitivo del Festival de Málaga.Cine Español, MaF, con algo que dará que hablar: «Haremos Empati, diez personajes repartidos por el mercado creados a partir de temas de Junco, Camela, Stromae, Lady Bonilla y con un número central... ¡A ver si no nos apalean!», avanza el creador.

Villa Puchero Factory

Muchos aún recordamos Villa Patata Factory, quizás la primera casa-centro cultural en nuestra capital y desde la que OKÑA y el artista Emanuel Lafont organizaban saraos artísticos de impresión. La aventura derivó en Villa Puchero Factory (VPF), comandada ya sólo por el jienense, pero con la misma filosofía, la del konektinpipol: sumar esfuerzos, talentos y perspectivas diferentes, que incluso podrían parecer opuestas, para convertirlas en complementarias. «Ahora la casa de VPF son muchas casas: Kipfer&Lover [el gastrobar en que suele presentar sus exposiciones y las de sus colaboradores], La Invisible, la calle y cualquier espacio, sitio o rincón que sirva como escenario para las cosas que tengo en el cabezón. VPF es un modo de hacer, muta, revienta y se reinventa... Eso me pone».

Avanza que su casa se reservará «para una sola pieza residente, para muy poca gente»: Las palabras azules, «una hora y mucho con Lula Amir y yo, inspirada en la canción del mismo título de Christophe». La están preparando «lentamente».

No se vayan todavía...

...Que aún hay más. Pedro Okña trabaja en una pieza inspirada en otro de sus grandes ídolos, Raphael. ¿Qué saldrá de ahí? «Hace un tiempecillo conocí a Iro Vas y me enamoré: ella es de danza, una griega chiquitita con una fuerza gigante; y también conocí a Alejandro Morales, un tiarraco currante que controla el street dance. Los junté y les dije que quería que me bailasen juntos una canción, Desde aquel día... Al final ha resultado un trabajo colectivo en el que propuse la historia y el storyboard y ellos crearon a partir de las pautas». El estreno, en mayo.

Apoyar a otros artistas

Otra misión interesante de Pedro Okña: traer exposiciones de artistas emergentes locales y de fuera de Málaga a las paredes de Kipfer&Lover: «Volvemos al tema de conectar: siempre salen colaboraciones y se crean puentes entre personas y ciudades.». La labor de Jose Kipfer es fundamental: «Siempre ha apoyado incondicionalmente a la gente de aquí y ha hecho mucho, y sigue haciéndolo, por el meneo actual... Yo sólo soy el nexo». Por el gastrobar ya han pasado gente como El Dibujo, Óscar Espirita, Bran Solo, Agustín Israel Barrena... «Y los que vendrán».

Un pionero y su ciudad

¿Se siente OKÑA un pionero en esta manera de ver las cosas, antes tachada de underground? «Sí, me siento así, y con orgullazo; no sólo yo, porque conmigo estaba otro puñado de gente con ganas de hacerse ver desde las vías que teníamos en ese momento: Lafont, Alberto Cortés, Alessandra García, Omar Janaan, Paloma Peñarrubia, Betty Bundy, Ana Iglesias... Nos cruzamos en ese momento y todo comenzó a rodar; yo era otro más, pero era... Y soy, ¡claro! [Risas]».

En este sentido, Pedro es un testigo/protagonista privilegiado de la evolución cultural de Málaga en los últimos años. ¿Cree que hay un panorama cultural realmente en progresión o todo está, en realidad, enfocado hacia el turismo y beneficios extraculturales? «Está muy [lo dice con énfasis] enfocado al turismo, pero también es cierto que eso atrae gente y la gente es público, lo cual es bueno para todos. Porque, además, casi todos los museos han abierto sus puertas a propuestas locales, como lo han hecho el Pompidou y el CAC, por ejemplo».