­Sin necesidad de ocultarse detrás de sus personajes ni de renegar de lo que en algún momento equivale a la inmersión en aspiraciones del pasado que siente como propias, Tania López Parra, periodista en activo, ha sabido crear con Recuerdos de un instante una historia vibrante y llena de giros inesperados. Un retablo lleno de sentimientos de dos jóvenes y una radiografía de sus depresiones y esperanzas a medio camino entre Málaga y Madrid.

El tercer libro a sus 24 años. ¿La escritura como un método autónomo para escapar de la realidad está entre sus principales motivaciones? Parece que lleva un ritmo de creación prodigioso.

Responde a una motivación interna que tengo desde pequeña. Ya, a los ocho años, empecé con una máquina de escribir y sentía la necesidad de transmitir. Más que un método para escapar de la realidad, lo percibo como algo que me ayuda a relajarme. Una necesidad que brota en mi interior y que intento liberar, sobre todo, para la gente a la que le gusta leer historias de amor, amistad y misterio.

A pesar de su juventud, ¿cree que ya ha pasado por diferentes fases de evolución? ¿Su formación como periodista le ha influido?

Realmente esto es más oficio que otra cosa. Yo he notado una evolución, sobre todo, en los últimos cinco años. No creo que guarde, sin embargo, relación con mis inicios como periodista.

Aborda de relieve el amor, pero sin entrar en la tiranía de lo cursi. ¿Qué le espera al lector con Recuerdos de un instante?

El lector se va a encontrar con la historia de tres personajes muy diferentes. Por un lado, tenemos a Amaia, que es una joven periodista. Empieza su andadura en Málaga, pero una llamada inesperada le hace cumplir su sueño de trabajar en Madrid. Empieza a trabajar en una radio y ahí se encuentra con Ángel, el segundo protagonista. Ángel es el actor del momento. A pesar de ello, piensa que su vida está perdida. No encuentra su camino, aunque tenga la fama. Amaia le ayuda a conocerse de nuevo.

¿Es usted el reflejo de Amaia, o al revés?

Amaia nació de mi sueño de irme a Madrid, una vez que acabara la carrera. Seguramente, tenga que ver algo con mis aspiraciones en un momento dado. Aunque, hoy por hoy, ya no corresponda conmigo porque mi forma de ver las cosas ha cambiado mucho.

Él, actor famoso pero frustrado. Ella, joven pero sucumbida a la vorágine del duro día a día del periodista. ¿Los personajes sobreviven con un pie en el abismo?

Ángel se siente perdido. No ve la razón de ser de su vida. Ni la fama ni todos los fans del mundo le hacen feliz. Él no hace caso a nadie. Es un rebelde en se aspecto. Ella, aunque esté volcada con su trabajo, le ayudará a encontrarse a sí mismo. Pero, a su vez, también, Ángel le ayudará a ella a recuperar recuerdos.

¿Estamos ante una historia en la que el amor se convierte en una redención al uso?

Va más allá de una simple historia de amor y tampoco persigue redimir a nadie. La relación de ambos viene de antes. Entonces, no es que ellos se conozcan y se enamoren a primera vista y todo es perfecto. El título del libro tiene mucha importancia en el desarrollo de la lectura. Los recuerdos forman una parte vital como hilo conductor permanente.

¿Los protagonistas son esclavos de su pasado? ¿Les queda margen de maniobra?

Quizá no esclavos. Pero sí está presente constantemente. Ángel no deja de recordar cómo era su vida en Málaga. Era más feliz de lo que está ahora en Madrid. Por otro lado, para Amaia los recuerdos son muy importantes. Mucho más que para el resto de los personajes y el lector irá conociendo el porqué.

Además del libro, el lector también dispone de la posibilidad de una especie de seguimiento en la red. Facebook, Twitter, libro virtual. ¿La vida de los protagonistas al desnudo?

Amaia tiene un blog que va nutriendo de entradas y que están relacionadas con lo que ocurre en el libro. Los personajes también tienen Twitter para completar el seguimiento y se comentan entre ellos.