«Exiliarse sería muy cómodo. Tenemos que seguir luchando y defendiendo los logros alcanzados», con estas palabras, extraídas de una entrevista con La Opinión en 2011, el drag queen, escritor y activista malagueño Enrique Hinojosa Vázquez, más conocido como Shangay Lily, dejaba bien clara su postura ante la voluntad del Partido Popular de derogar la ley de matrimonio homosexual. El artista, que falleció la noche del pasado lunes en Madrid a los 53 años, acudía a su ciudad natal a presentar el espectáculo teatral Masculino singular. Pocos meses antes, en 2010, Shangay Lily había irrumpido en un acto presidido por Mariano Rajoy al grito de «¡Basta de homofobia en el PP!», lo que provocó numerosas reacciones, tanto a favor como en contra. Rajoy, que por entonces era candidato a la Moncloa, había declarado su intención de no mantener la ley aprobada en 2005 por el ejecutivo de Zapatero si llegaba al Gobierno. El malagueño entendía que era su obligación clamar contra esa postura. «La gente piensa que los demás deben luchar por sus derechos sin que ellos tengan que hacer nada», opinaba.

La lucha fue una constante en su vida. Con su popular turbante y el rímel de sus ojos como única vestimenta de guerra, Shangay Lily se encaraba contra los que criticaban su forma de vestir, de sentir, de afrontar el mundo, de criticar lo que no le gustaba... De ser, en definitiva. La suya era la eterna lucha de los que deciden ser diferentes sin mostrar duda ni miedo por ello. El malagueño estaba considerado uno de los primeros drag queen españoles. En los años noventa revolucionó el panorama artístico con el Shangay Tea Dance, la primera fiesta temática gay del país. También fundó la publicación Shangay Express, la primera revista gratuita de España orientada exclusivamente al público homosexual. Además, escribió varias novelas, una antología de sus monólogos teatrales, libros de poemas y próximamente iba a publicar su primer ensayo, titulado Adiós, Chueca (Memorias del gaypitalismo: construyendo la marca gay), un volumen en el señala sin reparos cómo la comunidad gay del popular barrio madrileño se ha vuelto clasista y endohomófoba con los años.

También fue autor de obras teatrales y colaborador en diversos programas de televisión como Esta noche, sexo, de Antena 3; Esta noche cruzamos el Mississippi, de Tele 5, e intervino en la primera edición del reality de Antena 3 La Granja. En cine debutó en la comedia Boca a boca (1995), de Manuel Gómez Pereira, junto a un reparto encabezado por Javier Bardem y Aitana Sánchez-Gijón. En 2005 escribió, dirigió y protagonizó la película Santa Miguel de Molina, en la que denunciaba la corrupción en la comunidad gay.

Un activo «artivista». Shangay era un artista sin fronteras, pero lo más destacado de su vida fue su constante activismo en defensa de la homosexualidad y del mundo gay. «Me defino como una persona artivista [término que conjuga activismo y arte] y he acudido a muchas manifestaciones. Es muy triste que la gente no salga a la calle en defensa de las cosas importantes».

Actualmente escribía en un blog del diario Público titulado Palabra de artivista, en el que plasmaba sus ideas políticas, culturales, sus opiniones y sus comentarios sobre temas de actualidad. «Muchos se han olvidado de lo larga y lo dura que ha sido la lucha por lograr unos derechos y unas reivindicaciones. En cierta manera, este capitalismo brutal nos ha comprado. Para la gente es más importante hacer largas colas y matarse por el último iPhone que luchar para que no le den el dinero de las arcas públicas a los banqueros», señalaba a este periódico. La capilla ardiente de Shangay Lily se abrió ayer al público en la sala 4 del tanatorio de la M-30 de Madrid y sus restos serán incinerados hoy en el cementerio de La Almudena.