En 1991 el profesor Gregorio Gómez veló a María Zambrano la noche de su muerte y pudo comprobar que, como pidió la filósofa de Vélez, «la vistieron con el hábito blanco de la orden terciaria de los franciscanos».

Este afable cordobés nacido en Bélmez en 1944, profesor de Filosofía en numerosos colegios de Málaga y provincia y desde 1978 en la UMA, tomó el camino de la Filosofía al conocer el pensamiento del maestro de María Zambrano, Xavier Zubiri, a quien dedicó su tesis doctoral y pudo conocer en Madrid, además de asistir a sus seminarios.

Formado en Teología en Córdoba y en Filosofía en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino de Roma, la pasión por Zubiri le condujo a Ortega y Gasset y por supuesto a María Zambrano y su razón poética. «Ella es que ha bebido de los poetas de Málaga, eso me lo enseñó la poesía de Emilio Prados», explica.

Gregorio Gómez charla entre los miles de libros de la librería Proteo. Precisamente esta veterana librería, fundada en 1969, está detrás de la editorial Ediciones del Genal, que ha publicado una colección de ensayos sobre María Zambrano que dirige este doctor en Filosofía. Se trata de tesis, tesinas y trabajos de sus alumnos de la UMA, por el momento cinco volúmenes, salvo uno de ellos, del propio profesor: 'María Zambrano. El camino de la razón poética'.

Los otros libros ya a la venta -todos con un precio de 12 euros- son: 'María Zambrano. Cuando hablan del alma las anémonas' (Isabel Lupiánez Tomé); 'María Zambrano. Razón poética y creatividad europea' (Anastasia Aladeva); 'María Zambrano. Misericordia. Lugar de transparencia' (Ignacio Millán Gómez) y 'Ortega-Zambrano. Ejecutividad de la vida y revelación del ser'.

Para el director de la colección puede ser una buena puerta de entrada al pensamiento de esta filósofa «de prestigio internacional».

El profesor Gómez aconseja a quienes no estén familiarizados con la obra de la filósofa que conozcan primero la unidad de su pensamiento, simbolizado en «la unidad de la razón poética, lo poético y la verdad como revelación y eso ponerlo en relación con Zubiri, con Ortega y con cualquier otro pensador».

También recalca de estos cinco trabajos sobre María Zambrano que «están hechos de tal manera que se te va metiendo la luz de Málaga».

La colección se ampliará en breve con sendos ensayos sobre María Zambrano y El Quijote (su maestro Ortega se dio a conocer con las Meditaciones del Quijote) y la relación entre San Juan de la Cruz y la pensadora de Vélez.

Gregorio Gómez además de recomendar la lectura de estos libros de Ediciones del Genal, da un consejo a quienes se adentren por vez primera en los libros escritos por María Zambrano: «Si no entiendes un párrafo u otro no importa, se te va colando y colando por las entretelas y te va dando luz».

Ya lo dejó escrito la filósofa malagueña en El despertar: «Es posible y necesario, indispensable, aprender a despertar, a recibir la luz del día como si ciegos, hubiésemos recuperado la vida; como si amortajados fuéramos a resucitar».