Israel Olivera es periodista y escritor, padre, esposo, amante de la vida, bloguero y experto en comunicación, pero un hombre, como la vida misma, tiene mil aristas y discurre salvaje y tierna hasta el final ya anunciado. Por eso, además de todos los roles desgranados arriba, Israel Olivera también es poeta, un artista que imprime a sus versos la pasión irrefrenable con la que él mismo abraza la existencia, poemas sucios que hablan de todo, reflexiones íntimas enjaezadas en el sexo, la noche, el exceso y la confianza. Todo eso y mucho más pueden encontrar en el segundo libro de este poeta, Poso de Ceniza (Lengua Verde Libros, colección Terral), que será presentado este viernes, a las 19.00 horas, en el Edificio Iniciarte del Muelle 2, en el marco de la Feria del Libro. La obra cuenta con ilustraciones de Elena Blanco y con una banda sonora que ha corrido a cargo de Sixto Martín, miembro de la banda malagueña The Loud Residents.

La poesía parecer ir a contracorriente de todo en la actualidad, salvo de la vida en sí misma. ¿Por qué elegir este medio de expresión?

No creo que la poesía sea una elección, no al menos en mi caso, creo que es más una llamada. Muchas veces uno no decide cómo contar, es el medio el que te elige a ti. Los cuentos, las novelas, los versos, todos son vehículos de expresión y las emociones, sentimientos, necesidades se aferran a unos u otros para ser contados. La poesía vive actualmente un nuevo momento de esplendor, los nuevos nombres malagueños son prueba de ello, también hay un público que la demanda y el formato de versos y estrofas encaja a la perfección con las nuevas tecnologías. Para un mundo a contracorriente como el actual, la poesía es un formato perfecto.

¿Qué puede hacer la poesía por los demás?

Generar empatías, descubrir otra mirada sobre el mundo, transitar hacia nuevas formas de expresión. Hay muchas formas de juntar versos, más nobles, más libres, más risueñas, más salvajes. Cada persona puede encontrar su referente, una voz que empatice con la suya, con su deseo, con su vida. La poesía también nos permite vivir al límite, buscar emociones, encontrar nuevos sentimientos y nuevas formas de expresarlos.

¿Y por uno mismo?

Desgarrarse, desnudarse, mostrarse tal cual uno es, sin esconderse. Poso de Ceniza para mí ha sido un poco eso, una fotografía de diferentes momentos de mi vida en los que no he ocultado nada. Frustraciones, deseos, anhelos perpetuos, decepciones, amor, sexo, sueños y pesadillas, un nuevo camino... La poesía a mí me ha permitido dejar de ser cobarde, afrontar con desnudez (y contarlo) los miedos recurrentes que me han asaltado toda mi vida, combatir las inseguridades.

Poso de ceniza. Parece usted esperar algo cuando ya nadie lo hace. Es más propio desesperar...

La vida de uno ahí está. No se puede borrar el pasado, permanece, sería de locos intentar anularlo de manera definitiva cuando forma parte de nosotros mismos. Yo no quiero renunciar a él, me ha hecho como soy, y soy consciente de que puede regresar en cualquier momento. La nostalgia y la melancolía me son próximas, irrenunciables. Mi condición de emigrante voluntario también juega en ese sentido. Pero del mismo modo que el pasado es una realidad, el futuro todavía está por desvelar, no podemos desesperar cuando todo está aún en blanco.

¿Verso libre o soneto, qué prefiere?

Libre. Siempre libre. Para mí la poesía es un vehículo íntimo que está muy pegado a mi forma de entender la vida, de vivirla, de disfrutarla o padecerla. No podría ceñirme a las métricas o a las rimas cuando yo mismo y lo que me rodea discurre por otros derroteros que nada tienen que ver con lo reglado.

Enumere alguno de sus referentes...

Muchos de los poetas de la experiencia y de la llamada nueva poesía, Ángel González, Kirmen Uribe, Gil de Biedma, García Montero€ Y Vicente Aleixandre y Lorca y Alberti€ Qué decir.