­Madrid no olvida tan fácilmente, ni para lo bueno ni para lo malo. Ayer, en el inicio de la 70 edición de su Feria de San Isidro, la afición de Las Ventas demostró su reconocimiento a un torero malagueño, Saúl Jiménez Fortes, que había salido de su última actuación en esta plaza con una terrorífica cornada en el cuello.

Con gran ambiente en los tendidos, a pesar de la tarde plomiza que había en la capital de España, el público le tributaba una gran ovación al romperse el paseíllo que le obligó a saludar en solitario. Fortes ha sabido ganarse el respeto de todos por su honradez y la sinceridad de su toreo. Pero, ¿quién dijo que iba a ser sencillo? Por si fuera poco, justo antes de salir el primero de su lote comenzaba a llover. Saúl recibía a ´Cantarero´ templado con el capote. No hizo cosas buenas de salida, y fue muy protestado por el respetable; pese a lo que se fue al centro del platillo para brindar. Como si de un toro bueno se tratara, adelantó el brazo para presentarle el engaño con decisión. Sin embargo, el de Valdefresno rehusaba la pelea, por lo que sólo pudo constatar una vez más su firmeza y decisión en un alarde de valor en las tablas.

La mala racha en los lotes que viene arrastrando durante toda la temporada se mantenía en Madrid. Y por si fuera poco, después de escampar, la furia del aguacero despertaba al salir su segundo. Tras una pésima lidia por parte de su cuadrilla, el astado llegó muy abanto a la muleta, y terminó acobardado ante el apabullante poder de un diestro que cada día se ve con mayor seguridad ante la cara del toro. Ayer todos los elementos se situaron en su contra, por lo que habrá que esperar al domingo 22 de mayo para ver si por fin cambia la suerte.

Abrió la feria un toro de Valdefresno noble y con calidad, pero muy justo de fuerza. Tras castigarse mucho en los primeros tercios, llegó a la muleta galopando y Miguel Abellán se lo pasó cambiado por la espalda. El enigma estaba en ver cuanto iba a durar. La respuesta era que muy poco, por lo que la labor careció de emoción a pesar del buen fondo del animal por el pitón derecho.

Suyo fue el mejor lote, ya que el cuarto también desarrolló nobleza y tuvo la virtud de repetir en sus embestidas con clase. Se vino arriba el diestro madrileño, que le bajó la mano con mando en una faena emotiva en sus primeros compases y que lamentablemente terminó por diluirse.

Daniel Luque se encontró en primer lugar con un toro manso, que dio de salida muchos arreones. El matador lo intentó y por un momento pareció que había encontrado su premio, ya que le dejó la muleta puesta y el burel correspondió permitiéndole sacar algunas tandas ligadas en redondo. Pronto se rajó y terminó defendiéndose al sentir la superioridad de su lidiador.

Más duró su segundo, que por instantes pareció que le iba a facilitar el triunfo. Aún sin romper en una faena importante, sí que al menos le permitió lograr las tandas más ligadas por ambos pitones y mostrar la disposición del diestro sevillano. Como sus dos compañeros, deberá aguardar a su segunda oportunidad en estos ´mundiales del toreo´ para intentar atravesar a hombros la siempre deseada Puerta Grande.