Tras diez días de celebración, la cuadragésimo sexta edición de la Feria del Libro llegó a su fin el domingo. La lluvia fue protagonista de sus últimos días, impidiendo que las ventas aumentaran respecto al año anterior. Se igualan así las cifras de 2015, según las estimaciones del presidente de la Asociación Feria del Libro de Málaga, Miguel Ángel Díaz. La directora de la Feria, Ana Cabello, opina lo mismo: «La lluvia nos ha fastidiado un poquito».

Díaz y Cabello coinciden en que, de haber contado con mejor tiempo, se podría haber hablado de una feria de éxito. No obstante declararon cumplir las expectativas puestas en esta edición, que contó con el mismo presupuesto que en 2015 -60.000 euros-, confirmando la rentabilidad económica de las librerías participantes. Cada una de ellas debía vender sobre 8.000 euros para que le salieran las cuentas -el coste mínimo estimado por un módulo en la feria es de 1.536 euros, contando tan sólo con un empleado-. Luces, Proteo y Comic Store confirmaron esa rentabilidad, que sin embargo aún cuenta con margen de mejora. En este primer balance, las ventas de Fnac, Agapea y las casetas de las instituciones no han sido contabilizadas.

Sí se ha ganado, en cambio, en cifras de participación, con más de 20.000 asistentes, cifra que supera la de años anteriores. Un total de 4.482 personas participaron en las actividades realizadas, siendo el debate Cervantes vs. Shakespeare, organizado por el grupo Kairós de la Universidad de Málaga; el encuentro con la bloguera Isasaweis y la presentación de S.S Heliópolis los eventos con mayor afluencia. En cuanto a las firmas de autor, la mayoría a cuenta de Fnac, la más concurrida fue la ofrecida por Blue Jeans, a la que asistieron más de 200 personas. Los libreros hablan también de «éxito» en la presentación y firma del nuevo libro de Luis García Montero.

Otro logro, objetivo primordial para la organización, fue la captación del público joven, que también ha protagonizado un aumento respecto al año anterior: «Hemos ampliado la oferta y propuesto actividades participativas. Ese cambio de rumbo y esa innovación ha permitido esta mayor afluencia», comenta orgullosa Ana Cabello.

Ese era uno de los puntos más importantes del equipo de dirección, siendo prioridad para ellos el público comprendido entre los 15 y 24 años de edad. Una afluencia fruto de una programación más sugerente para este sector, como por ejemplo la pintura de grafitis en directo, el desfile de Star Wars o la realización de distintos talleres.

Repuntó también en esta franja de edad el género de la poesía, lo que se tradujo en la venta de más ejemplares gracias, según comentan los libreros, al fenómeno blog y autores de gran demanda como Marwan.

En el apartado online, la organización también quiso destacar una gran actividad en las principales redes sociales, que se traduce en una audiencia de 2.731.510 en Twitter y un alcance de 184.861 impresiones en Facebook.

Según la organización, la Feria del Libro de Málaga, con más de 8.000 folletos repartidos y 436.000 resultados de búsquedas en Internet, venció, pese a todo, a la lluvia: «Hemos cumplido el objetivo», afirma rotunda su directora.

Y pese a que las cifras de venta en los últimos días salió perjudicada por la incesante lluvia, la organización ha decidido tirar de espíritu quijotesco. Recién finalizada la fiesta de las letras, que este año rendía precisamente homenaje a Miguel de Cervantes en el año de la conmemoración del 400 aniversario de su muerte, los pensamientos ya están puestos en el próximo año. Volverán con más iniciativas y la mirada puesta en los turistas.