­Era un maestro. No daba clases en las aulas pero sí es protagonista de algunas de ellas. Rafael Pérez Estrada era, más bien, instructor de vida, esa que hace dieciséis años perdió a la temprana edad de 66 años.

Quizá no fueran demasiados pero sí los suficientes para desarrollar todas y cada una de sus múltiples facetas. Al malagueño le dio tiempo a ser escritor, dramaturgo, narrador, dibujante, maestro de aforismos e, incluso, editor. Rafael Pérez Estrada fue una figura casi tan singular como su legado, que custodia el Archivo Municipal de Málaga y que la revista Litoral recuerda con un número dedicado por completo al poeta que llegará a quioscos y librerías los primeros días del mes de junio.

«Todos los que le conocieron, le adoraban», comenta Silvia Grijalba, la periodista, escritora y directora de la Casa Gerald Brenan que inició la apasionante aventura por la vida y obra del escritor desde que el pasado mes de noviembre tomara las riendas de la Fundación Pérez Estrada, en Churriana -en la residencia del hispanista británico- para homenajear al malagueño pero también para presentar el número de la revista que el público podrá conocer a las 19.00 horas junto con la lectura de varios textos del autor y el reparto de insignias con sus aforismos.

Dieciséis años de su muerte que, para muchos, también son de olvido. «Prefiero no pensar en el pasado», confiesa Grijalba, que prosigue: «Aunque jamás estará lo suficientemente reconocido, es cierto que modestamente hemos intentado dar a conocer su trayectoria. Nosotros pensamos en el presente y en el futuro».

Con el apoyo del Consejo Asesor y del Ayuntamiento de Málaga, las paredes de la fundación que ya ha acogido talleres de microrrelatos con la escritora Clara Obligado o una conferencia de Vicente Molina Foix también recibirá los debates de lectura y oratoria donde jóvenes amantes del legado del escritor podrán competir a nivel nacional. Sus redes sociales y la recién estrenada página web de la institución también funcionan a pleno rendimiento durante estos días en los que la casa de Pérez Estrada recibe a los más pequeños, que van a conocer la exposición de la Anunciación del Ojo.

Rafael Pérez Estrada era un escritor que no tenía miedo a los géneros. Un adelantado a su tiempo que supo ver en los aforismos una forma de comunicación. Dentro del barroquismo y del cultismo de su obra, la ironía y el humor están plenamente presentes en sus escritos y la capacidad de asombrar y asombrarse sigue conquistando a propios y ajenos. «Rafael Pérez Estrada está constantemente presente en mi vida, es una cuestión pasional. Me he implicado mucho en su trabajo y no estoy haciendo ningún esfuerzo, lo he hecho de corazón», confiesa Silvia Grijalba, que, como hemos mencionado, combina su trabajo y su pasión por el escritor con su oficio como coordinadora de actividades en la Casa Gerald Brenan: « Las actividades de ambos no chocan y es cierto que también podemos hacer iniciativas conjuntas, de hecho, estamos pensando en unir los poemas de ambos en un disco».

La Fundación Pérez Estrada levanta sus alas más que nunca. Su próximo proyecto está en compilar y sistematizar su obra para dar a conocer también sus textos inéditos y desconocidos. Porque «es un escritor poliédrico, no es hermético y puede gustar a mucha gente», sentencia la periodista.

Mientras tanto, la cita imprescindible para amantes del legado de Pérez Estrada será esta tarde. Un sentido homenaje a una figura, muchas veces olvidada por sus propios paisanos a los que cedió todos y cada uno de sus textos. Su humor e ironía se convirtieron en su seña de identidad antes de una muerte temprana se llevara su talento a otra parte donde seguro que dieciséis años después sigue escribiendo, aventurándose a futuras modas que hoy, le dan las gracias por su talento visionario, preclaro pero sin pedanterías.