­¿Quién no ha soñado con esconderse en el armario y fantasear con el mundo? Es precisamente lo que plantea Juan José Millás en su más reciente novela, Desde la sombra, una observación de nuestra cotidianidad y uno de los más humanos deseos, el de la invisibilidad. Su protagonista es Damián Lobo, un hombre que comete un pequeño hurto y que se esconde en un armario para escapar; pronto, el interior del mueble

le proporcionará una paz y una tranquilidad que no encuentra fuera, en el mundo real. Millás presentará hoy el libro en el Auditorio del Museo Picasso Málaga, a partir de las 19.00 horas, dentro del ciclo Letras Capitales, del Centro Andaluz de las Letras. Precisamente, el director del CAL, Juan José Téllez, presentará al escritor valenciano, columnista de La Opinión de Málaga.

¿De dónde viene este libro?

La idea que dio lugar a este libro proviene de la infancia. En el dormitorio de mis padres había un armario parecido al que describo en la novela, de grandes puertas y de tres cuerpos. Me parecía muy misterioso, era como si te asomaras a un abismo... Aquel armatoste fue tan importante en mi infancia que comencé a escribir mis primeros textos con estos muebles como protagonistas. Creo que esta idea se ha estado gestando durante años en mi cabeza, incluso fantaseaba con que vivía en un armario antes de dormir, hasta que hace dos años actualicé esta idea y comencé a escribir el libro.

Por tanto, su novela tiene elementos autobiográficos...

Mi novela más autobiográfica es El Mundo (2007) pero en todas las novelas hay parte de mí, en unas aparecen más metamorfoseadas y en otras se hace más evidente pero sí que puedo afirmar que formo parte del personaje principal de este libro.

¿Cómo cree que será acogido Desde la Sombra por el público?

Cuando uno escribe no lo hace pensando en las reacciones del público. Una vez escrita y publicada la novela, espero que se compre y se lea y que los lectores sean más inteligentes tras haberla leído.

El protagonista de la historia, Damián Lobo, se esconde tras un armario desde donde es espectador de la vida de una familia. ¿Cree que esta idea responde a la necesidad humana de presenciar la realidad desde la sombra?

Sí. Con mucha frecuencia necesitamos observar la realidad desde una rendija, colocarnos fuera de ella para poder tener perspectiva y la capacidad de entenderla. Aquel que observa el mundo a través de una cerradura, al fin y al cabo, está observando el comportamiento de uno mismo.

¿Era usted de los que miraba a bajo la cama antes de dormir?

Cuando las camas eran camas, sí. Creo que el hueco bajo la cama y el armario siempre han sido espacios inquietantes para los más pequeños.

¿Cree que imaginación es algo imprescindible en las personas?

Es esencial. A través de la imaginación conocemos el mundo que nos rodea y hacemos representaciones de la vida real. Debemos tener en cuenta que las primeras manifestaciones que tenemos de la realidad vienen a través de los cuentos. La imaginación es un modo más de conocimiento.

¿Un escritor siempre debe escribir desde las sombras?

Sí, en cierto modo siempre se escribe desde la oscuridad porque los escritores requieren soledad y les conviene estar, metafóricamente hablando, en la sombra. La escritura tiene más que ver con la ascética que con la mística. Se escribe más desde la sombra que desde la luz.

El final de la novela es bastante desconcertante y puede tener múltiples interpretaciones, ¿Siempre lo tuvo planteado de esta forma?

Yo nunca sé qué va a pasar en la página siguiente de las novelas que escribo, nunca tengo pensado el final. La narración y lo que ocurre forman parte de la lógica interna del propio relato.

¿Desde la sombra es una crítica a la sociedad actual?

Depende de la interpretación de cada lector pero en las descripciones y los hechos que se narran no hay nada de inconsciente. En la relación de los seres humanos con la realidad siempre hay parte de crítica y dentro de una novela aparentemente poética también se esconden juicios de valor.

En el libro habla de seres que se vuelven invisibles. ¿Cree Juan José Millás en los fantasmas?

No creo en los fantasmas como espíritus en el sentido terrorífico pero sí que creo que la sociedad obliga a la gente a vivir como fantasmas. Por ejemplo, las imágenes que veo en televisión de los refugiados en la Isla de Lesbos...Ellos sí que son personas reducidas a fantasmas.

Hace referencia a la televisión basura y también alusiones al capitalismo. ¿Considera que la comunicación está en decadencia por la influencia de este sistema económico? ¿Cuál es el futuro del periodismo?

¡Claro que sí pero como todo! Somos hijos del capitalismo, la televisión está influenciada al igual que lo puede estar la gestión de un restaurante. En cuanto al futuro del periodismo, no me atrevo a aventurarme aunque sí que creo que el papel tiene los días contados. En Madrid si un quiosquero se jubila se acaba cerrando también el quiosco cuando antes estos establecimientos eran minas de oro. El periodismo debe adaptarse a los nuevos soportes, se publicará los fines de semana y se hará periodismo de rigor, de grandes reportajes...

En ese sentido, Iñaki Gabilondo también aparece en su novela... ¿Cómo se le ocurre?

Necesitaba un periodista que hiciera de contrapunto de otro de los protagonistas de la novela, un showman de la televisión basura. Necesitaba a alguien que fuera todo lo contrario y podría haberme inventado otro personaje pero se me ocurrió que Iñaki Gabilondo reunía todas las características de periodista de prestigio.

Un libro es como un hijo. Parece difícil la pregunta pero... ¿qué significa este libro para usted?

Para saber qué significa, necesito tiempo y perspectiva. Cuando se tiene una edad, cada una de tus novelas ocupa un lugar distinto dentro de un puzle y ahora mismo estoy muy ligado sentimentalmente a este nuevo trabajo y no puedo saberlo. Digamos que aún no he cortado el cordón umbilical con mi último libro.