Carlos Rivera estará este fin de semana en Málaga, el sábado en el Palacio de Ferias.

Presenta en Málaga disco, Yo creo. ¿En qué cree?

Creo en un lenguaje de amor universal, un lenguaje sencillo y entendible por todos, basado en la honestidad y que implica una comunicación más directa con quien escucha mis canciones y el mensaje que contienen.

Suele decir que es usted un cantante de amor no de canciones románticas, que son cosas diferentes. ¿Puede ahondar en eso y ponerme ejemplos?

Cuando hablo de amor al escribir mis canciones pienso en las posibilidades de que cualquier persona pueda hacer suyas esos temas. No me limito a escribir sobre corazoncitos rosas; mis canciones buscan un mensaje de amor universal, y pienso en temas que se puedan dedicar a un padre, madre, hijo... No sólo en clave del amor romántico de una pareja, que también, por supuesto, tendría cabida en el mensaje de estas canciones.

Tantos años dedicado a El Rey León -tres en total: dos en España y uno en México- dan satisfacciones pero también pueden traer desventajas, como, por ejemplo, que el público le vea únicamente en un registro, el de los papeles para musicales. ¿Es una prioridad para usted mostrar que es multifacético o es algo que, realmente, le trae sin cuidado?

En el mundo del teatro musical he tenido la oportunidad durante estos 12 años largos de carrera de interpretar a muy diferentes personajes: fui el intérprete más joven en hacer de Bestia en el musical de Disney, también he hecho Mamma Mia!, hice un papel doble en Bésame mucho... Obviamente Simba en El Rey León, durante más de 3.000 funciones en total, ha sido el que más huella ha dejado en mí. Tambien ahora con el papel de Andrés en la serie El hotel de los secretos... He podido hacer muchos tipos de interpretaciones que me permiten ser más completo a todos los niveles. Porque creo que la interpretación me ayuda a la hora de transmitir al cantar.

¿El Carlos Rivera actor siente envidia del talento del Carlos Rivera cantante y viceversa?

¡No! Al contrario, se nutren el uno del otro. He aprendido muchísimo de la interpretación, el nivel de exigencia y rigor del teatro musical, el trabajar sobre un texto y esto lo aplico en la faceta como cantante. Todo lo que he hecho ha sido formarme de manera continua y aprender para ser mejor en lo mío.

Ha colaborado con Manuel Illán, el hombre que está detrás de los primeros éxitos de los malagueños Pablo Alborán y Diana Navarro, y ha hecho una canción de Pablo López. ¿Qué tal con ellos?

Yo llamé a Manuel y le pedí producir parte de mi anterior disco, El Hubiera No Existe , básicamente porque había escuchado la producción detrás de los discos de Pablo Alborán y me encanta. Tanto Pablo Alborán como Pablo López son buenos amigos. Les quiero mucho y son un referente evidente del arte malagueño.

Hace unos tres años actuó usted en Málaga, en La Caja Blanca, un espacio para unas 400 personas. Ahora volverá al Auditorio, para casi 10.000. Lo cual habla muy bien de la evolución de su carrera. Pero, ¿las cifras son importantes?

Las cifras son importantes en tanto en cuanto significa que hay más gente que te escucha y te sigue. Recuerdo con enorme cariño la Caja Blanca, allí se dio el primer sold out de gira en España. Lo más importante de estos datos es ver que el público que me sigue, me escucha y me apoya va creciendo mucho. Pero yo soy feliz pudiéndome subir a un escenario y cantarle a 50 o a 5.000 personas.

Se dio a conocer con un talent show, La Academia. ¿Cree que estos formatos son una buena cantera o shows televisivos que funcionan como programas en busca de audiencia?

En mi caso fue una oportunidad para que un chico de provincias pudiera tener su primera oportunidad en la música. Estos programas pueden dar a conocer a talentos pero eso no significa que hagan artistas. Porque los artistas se hacen con muchos años de trabajo, esfuerzo y carrera.