Lugares comunes

Alojada en el centro de la ciudad, muy próxima a la plaza de La Merced, la sala de exposiciones Moreno Villa acoge la muestra de una de las artistas malagueñas más destacadas de los últimos años. Premiada en numerosos concursos, como el de la Fundación AENA, su obra ha podido verse en lugares tan lejanos como Guatemala, México, Singapur o Camboya. En esta ocasión, y de vuelta a Málaga, lugar que podríamos considerar como punto de inicio de su carrera, se nos presenta una parte de uno de sus últimos proyectos, titulado Lo Vulnerable. La exposición esgrime la manera de trabajar que la artista lleva desarrollando casi desde sus inicios basada en la construcción de una escenografía que termina siendo fotografiada.

Finalmente lo que vemos en la fotografía es el resultado de un laborioso y exhaustivo proceso de montaje que queda atrapado en la imagen y que posteriormente es desechado, no formando parte del dispositivo final de la exposición. Esto da lugar a composiciones un tanto extrañas que confunden al espectador, no sabiendo éste si lo que está presenciando es un montaje digital o lo que hemos descrito anteriormente.

Siempre anclados a lo orgánico, los materiales que forman parte de estas instalaciones de gran formato que posteriormente son fotografiadas, suelen ser escogidos por su carácter efímero y lo delicado de su condición. Esto permite desplegar a Lola Guerrera un desarrollo conceptual que liga su modus operandi con el paso del tiempo y la cercanía de la muerte; también, y esto ya forma parte del actual proyecto, lo insignificante que resulta el ser humano en proporción a algo tan inmenso como es el universo.

En esta ocasión, lo que presenciamos en la sala de exposiciones Moreno Villa es el resultado de un hallazgo del telescopio Hubble que prevé que nuestra Galaxia -la Vía Láctea- chocará con Andrómeda -otra Galaxia del Universo- dentro de exactamente 5.860 millones de años; hecho que se traduce en una instalación de gran formato titulada Colisión que, elaborada con pétalos de flores y algunas ramas, que la artista selecciona del espacio natural, simula esta nueva formación cósmica culmen de la citada colisión. De manera paralela a esta construcción, que queda situada en mitad de la sala expositiva, completan la muestra dos fotografías de gran formato y ocho collages, que dejan entrever el proceso de trabajo y la investigación que Lola Guerrera ha llevado a cabo para este proyecto.

02«Un ejercicio no intencional, un resultado inesperado»Antonio R. MontesinosGalería Isabel HurleyHasta el 18 de junio

Continuación de uno de sus últimos proyectos, Inopias, Antonio R. Montesinos trata de profundizar en su discurso en torno a los desechos entrópicos intentando devolver a estos objetos olvidados algún tipo de carácter significante. Para ello parte de una serie de incursiones que el artista realiza por la ciudad donde va seleccionando y recolectando estos objetos que para la mayoría no serían más que restos o basura. Menciona Federica Matelli en referencia a Blanca Callen en uno de los textos de sala que los restos son susceptibles de ser objetos epistémicos, de conocimiento y para la producción de conocimiento; lo que parece sugerir que no resulta baladí reflexionar acerca de toda la basura que los ciudadanos somos capaces de generar y que, de alguna manera, condiciona nuestra manera de vivir la ciudad y nuestro modo de relacionarnos con la naturaleza.

De algún modo, este intento de tratar de dar a estos objetos una segunda oportunidad enlaza con una línea de pensamiento, muy ligada al ámbito del ecologismo o consumo sostenible, que aunque esté en los márgenes de lo normalizado resulta pertinente colocar en el centro del debate acerca del modelo de ciudad y sociedad que queremos para el futuro.

Un discurso que se cuestiona el modelo productivo capitalista basado en el consumo sistematizado y en una logística que hace uso de la invisibilización como estrategia, para ocultar todos los desechos de la ciudad llevándolos a lugares periféricos y que ha sido tratado, a lo largo del siglo XX, por movimientos artísticos tan significativos como los dadaístas o los nuevos realistas o por artistas contemporáneos como Lara Almárcegui o Manolo Laguillo.

En la exposición Un ejercicio no intencional, un resultado inesperado, primera como artista representado por la Galería Isabel Hurley, se presentan, a lo largo del recorrido, una pieza de suelo a modo de instalación, con los materiales que Montesinos ha ido recolectando, una serie de 17 fotografías y una obra de pared que sirve como contrapunto de la propuesta. En ella, se trata de poner en valor el poder semántico, poético, que estos objetos de desecho son capaces de transmitir. Para ello se ha hecho uso de estrategias como la acumulación o la yuxtaposición que permiten que ciertos objetos sin ningún tipo de relación entre sí, entrando en contacto los unos con los otros, sean capaces de generar distintos sentidos y hagan que nos cuestionemos nuestra relación con ellos.

Cabe destacar el carácter sumamente estético que Antonio R. Montesinos otorga a sus composiciones y que se hace evidente en la serie de fotografías allí expuestas. Éstas dan la sensación de ser una especie de dioramas que juegan con la construcción de nuevas formas a base de las estrategias anteriormente mencionadas; una serie que complementa la instalación, que se erige como pieza absolutamente central de la sala de la Galería Isabel Hurley, ya que es de ésta de donde parecen surgir las múltiples composiciones.

En definitiva, un proyecto quizás algo más intencionado de lo que el título pueda sugerir y que asienta el trabajo en la diáspora que este artista lleva desarrollando desde hace ya largo tiempo.

@javierbp1984