Desde su inauguración, en 2015, el Centre Pompidou de Málaga ha hecho ya las delicias de los amantes del arte y, también, de la arquitectura y el buen diseño. De esta forma, al entrar en el museo, no sólo se destaca la gran variedad artística del siglo XX y XXI que se expone. El Grupo Gubia, firma puntera en construcción de todo tipo de espacios con madera, hizo un trabajo decisivo en las entrañas del museo, especialmente gracias al uso del bambú. Un material que eligieron porque es ecológico y sostenible, nos explica la arquitecto y directora del departamento técnico de Gubia, Verónica Sancho.

«Trabajar para el Pompidou ha sido una experiencia fantástica», comenta orgullosa Sancho. La realización de las zonas comunes como la venta de entrada, consigna, cafetería, zonas de relax, salón de actos y el mobiliario fijo del edificio se hizo con bambú de Asia. Precisamente a este material, la empresa le debe buena parte de su prestigio nacional e internacional: «Todo el mundo conoce Gubia por el Pompidou y, a cualquier sitio que vamos, se identifica el bambú con nuestra empresa y nos felicitan por el trabajo... Es impresionante».

La obra del Centre Pompidou se realizó en tiempo récord: sólo tuvieron dos meses para elaborar la madera e instalarla en el museo, algo que Verónica Sancho recuerda como «un reto»; eso sí, un reto cumplido.

Sancho también recuerda con mucho cariño a los arquitectos del Centre Pompidou, Juan Antonio Marín Malavé y Javier Pérez de la Fuente: «Trabajar con ellos fue una auténtica maravilla porque son personas que tienen sus ideas muy claras pero supieron dejarse aconsejar en el ámbito de la madera». Además defendió que le dejaron vía libre para resolver todas las secciones. Eso sí, siempre coordinando el trabajo para que las dos partes estuvieran de acuerdo. Se ha conseguido que el museo tenga un entorno acogedor y cálido gracias a la contraposición entre el color de la madera y el blanco que ocupa el entorno del Pompidou. «Es un material que nos ha demostrado a lo largo de los años con los que es muy estable y tiene un comportamiento magnífico en una zona de humedad relativa como es en el caso de todo el litoral de Málaga», concluye la arquitecto.