Atracada en tres escenarios, días de partida distintos y conducida en su segunda temporada para el maestro Manuel Hernández Silva, la OFM cree y asume una programación cuanto menos seria, solvente en contenidos llenos de pluralidad. Veintinueve programas que denotan una labor previa intensa y medida. Aunque haya quien tache esta afirmación como infundada: es patente, flagrante y descarado que no todas -hablamos de las cuatro orquestas andaluzas- pesan igual o reciben el mismo trato. El sacrificio hecho por la Filarmónica estos últimos años en el capítulo económico, concretamente en el apartado dedicado a la contención del gasto, apetece otra decisión bochornosa tomada desde desdibujados despachos. ¿Acaso el resto de orquestas no han merecido en todos estos años el mismo trato?

Con el viento en contra, y a pesar de tener dos ciclos aplazados sine die, la OFM ha mantenido estándares muy similares en cuanto a las batutas, solistas y voces invitadas y la prueba más visible es el próximo cartelone. A este esfuerzo se sumaba la apuesta por la promoción de nuevos valores tanto desde el Concurso de Jóvenes Talentos Andaluces y la JOBA, que iba por su tercera promoción. A la más alta institución cultural de esta ciudad de tanto tijeretazo cualquier día nos la dejan en cuarteto y, lo que es peor, es muy probable que no pase nada.

A comienzos de septiembre Hernández Silva junto a Javier Perianes sueltan las amarras del quinto Ciclo La Filarmónica Frente al Mar con obras de Kodaly, el tercero para piano y orquesta de Bartók y la Primera Sinfonía de Sibelius. Doble cita que ejemplifica la gran acogida que estos seis conciertos vienen teniendo desde su partida. El acento quizás esté en conseguir atraer ese público más heterogéneo y sobre todo joven a la gran sala que es el Cervantes. En octubre el oboe de Moisés Jiménez estrenará en Málaga Legacy del murciano Óscar Navarro. La batuta de Santiago Serrate, que ha dirigido en el Teatro Real El emperador de la Atlántida, nos proponen un recital lírico con la soprano Irina Lévian. Diego González Ávila sube al podio de la OFM y se enfrenta a la Cuarta sinfonía de Beethoven. Mayo atesora la Sinfonía nº 5 de Tchaikovsky para concluir el ciclo.

Un quinteto de metales de la OFM nos propone una retrospectiva desde el barroco tardío a la actualidad en la inauguración del décimo Ciclo de Cámara. Y en noviembre disfrutaremos de Javier Perianes que centra su programa en la figura de F. Schubert. La Academia del Piacere navegara en el océano Bach entre corales y variaciones para insomnes junto a la viola da gamba de Joahanna Rose. Cita reseñable también en el mes de febrero con la versión del Cuarteto Mainake y la voz del tenor malagueño Luis Pacetti de las Cartas a Julieta de Elvis Costello. La recta final del ciclo guarda el Trío de Nino Rota y para primeros de mayo autores como Krommer-Kramár, Britten o Martinu.

Hernández Silva asume ocho de los quince programas de abono, que, como novedad, y a cambio del famoso porcentaje de taquilla del Cervantes, se desarrollarán los jueves y viernes. En el concierto inaugural Dvoràk comparte atril con La Renana de Schumann. Brahms protagonizará el sexto abono con el violín Alexis Cárdenas, y el especial de Semana Santa con Un Réquiem Alemán. En abril el titular nos acerca la Sinfonía española de Lalo junto al violinista Svetlin Roussev. En junio dos citas ineludibles por un lado, el veintiuno de Mozart y el piano de Juan Pérez Floristán y por otro, la tercera sinfonía de Mahler, la soprano María José Montiel y el Coro de Ópera de Málaga completan este programa final.

De las batutas invitadas subrayar la solvencia de todas ellas, comenzando por Ira Levin, quien ha orquestado las Variaciones y Fuga sobre un tema de Bach de M. Reger. Arturo Díez hará doblete esta temporada con la OFM tanto en el foso como en el podio. En este último asume Los planetas, de Holst. Asistente de Barenboim, el madrileño Pablo Mielgo junto a la Coral Carmina Nova protagonizarán el abono de Navidad con la Sinfonía nº 5 de Schubert y su Misa en la bemol mayor, María Espada encabeza el elenco solista. Titular de la Filarmónica de Koblenz, Daniel Raiskin dirigirá otra quinta en este caso de Glasunov mientras que a finales de mayo Carlos Domínguez Nieto nos propone la monumental Quinta de Bruckner.

Música, en definitiva, para todos y ajustada a la realidad. La apuesta merece la pena, tan sólo resta ocupar nuestra localidad y dejarnos seducir por la Filarmónica de Málaga.