­Hace unos años era impensable que cualquier persona, sin ayuda externa de un agente o de una editorial, pudiese publicar su propio libro. En la actualidad existe una alternativa, cada vez más eficaz, para aquellos que no han tenido éxito con las editoriales: la autopublicación. Un vía que ofrece cauces distintos a los que proporcionan las editoriales tradicionales sin tener que contar con un editor. Así es como el malagueño Javier Castillo se lanzó al mundo de la literatura publicando en 2014 su primer libro, El día que se perdió la cordura, mediante la plataforma Kindle Direct Publishing (KDP), el servicio de publicación directa en Kindle de Amazon. En tan solo tres semanas consiguió 4.000 ventas online y llegó al top 100 de Amazon.

«En 2014, en el tren de camino a Fuengirola (vivo allí y trabajo en Málaga) iba escribiendo poco a poco mi libro», comenta el malagueño. Así comenzó a llenar las páginas de su novela. Y antes de conocer la autopublicación, decidió ofrecer su libro de la forma tradicional: enviándolo a varias editoriales para que le dieran su opinión sobre el manuscrito y después, con un poco de suerte, verlo publicado. Las editoriales reciben entre 300 y 400 libros diariamente, por lo que suele ser difícil para un autor primerizo encontrar un sitio entre las mesas de novedades. «En cuanto vi que las editoriales podían tardar más de un año en contestarme, no me puede esperar. Me agobié y decidí buscar otros caminos», afirma Castillo.

Gracias al «estrés» que sufrió por la espera de las editoriales, el malagueño descubrió la plataforma Kindle Direct Publishing. «El mismo día que me dijeron que tardarían mucho en responderme encontré esta plataforma. Lo publiqué, pude poner la portada que yo quería, corregir erratas, faltas ortográficas, titulé la novela como a mí me gustaba y sin ayuda de un editor. Señalé los países donde quería vender el libro y ya está», relata.

Así de sencillo. Al día siguiente de la autopublicación, Javier Castillo ya había vendido un libro. Al cuarto la media alcanzaba entre tres y cuatro libros diarios. «La locura se produjo a partir de las dos semanas, cuando vendía cerca de 30 libros cada 7 días. Al mes ya habían comprado El día que se perdió la cordura 150 personas». El joven escritor alcanzó la primera posición del ranking de Top100 de Amazon durante 540 días, convirtiéndose en uno de los pocos y principales long sellers de la plataforma. «No me lo creía. Además, me dejaban comentarios muy positivos, sobre todo de mujeres, y calificaban mi obra con entre cuatro y cinco estrellas», comenta alegremente .

Hasta ahora, ha vendido más de 30.000 ejemplares digitales en todo el mundo. ¿Qué pasa cuando el éxito se consigue en las plataformas digitales? Pues que las editoriales comienzan a mostrar interés. «Recientemente, la editorial Suma de Letras contactó conmigo y ha adquirido los derechos para la distribución del libro en español. Eso sí, mi libro seguirá en KDP», afirma el malagueño. Para finales de 2016, la novela estará disponible en cualquier librería española.

El día que se perdió la cordura presenta un trama de thriller, pero su argumento principal es una historia romántica: « Nada es lo que parece en el libro. Los buenos no son tan buenos y los malos son más buenos de lo que aparentan. El tronco principal es el amor, lo demás son elementos accesorios. Puede ser que la razón por la que la mayoría de mujeres adquiere la novela sea por la historia de amor », puntualiza Castillo.

¿Dónde radica el éxito de El día que se perdió la cordura? Según Javier Castillo tiene que ver con la mezcla suspense y amor, ya que, asegura, «prácticamente todas las obras que se publican en la actualidad tiene una cosa o la otra», afirma el malagueño, que confiesa que ya tiene en marcha una segunda parte de esta historia, cargada de más amor, más suspense y más tramas con las que mantener enganchado al lector hasta el final.

Gracias al éxito cosechado por esta primera experiencia editorial online, el joven autor está replanteándose su carrera profesional. Javier Castillo es consultor de finanzas. Y aunque desde hace tiempo que escribe relatos cortos de suspense, nunca imaginó que llegaría a escribir su propio libro. «No es algo que se me haya pasado por la cabeza así porque sí. Estoy replanteándome mi carrera profesional. Antes era impensable, tengo trabajo fijo, pero estoy seriamente reconsiderándolo. Gracia al éxito de la novela y que hay muchas expectativas, me voy a centrar más en la escritura».