Movimientos migratorios

Quizás una de las cuestiones que problematiza esta exposición, y que se pone de manifiesto en el texto que la acompaña, escrito por Sema D´Acosta, es la discusión acerca del formato en el que se presenta un trabajo fotográfico; un debate que ya se encargaron de traer a colación artistas conceptuales desde Ed Ruscha hasta John Baldessari. En este caso, el proyecto ideado por Juan del Junco parte de una reflexión, un acto de memoria de traer al presente un trabajo que le marcó desde su infancia, un libro del ornitólogo suizo Charles-André Vaucher titulado Oiseaux en vol y, que perteneció a su padre, un afamado ornitólogo de Jerez de la Frontera. Aquí se puede trazar un primer paralelismo entre el trabajo fotográfico y el formato que lo cobijará. Aunque el proyecto se presenta de una manera ortodoxa, haciendo uso del espacio galerístico a modo de serie fotográfica, el sentido es el de respetar la secuenciación y la manera de leer las imágenes más propias de una publicación o un libro. Así las imágenes quedan todas colocadas en línea y tienen el mismo tamaño y acabado que las fotografías realizadas por Vaucher en el libro antes mencionado. De hecho, el proyecto, que se expone en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, también cuenta con una pequeña publicación que contiene todas las fotografías realizadas por Del Junco. Una aventura un tanto más alejada de la catalogación científica o la taxonomía que le han permitido en el pasado incidir en lo natural y las aves con trabajos como El sueño del ornitólogo (2008-2009) o Epílogo ornitológico sobre qué era antes: el artista o el ornitólogo (2010). Lo que consigue aquí es mostrar una mirada más personal y subjetiva que aúna dos de sus pasiones, como son la fotografía y los pájaros. Del mismo modo, es capaz de plantear una nueva manera de abordar el paisaje y la relación entre éste y el ser humano. Un trabajo que desprende un gran compromiso, tanto conceptual como formal, por el medio fotográfico, capaz de desprender lecturas a varios niveles. Una de ellas lanza una crítica en un doble sentido partiendo de los movimientos migratorios de las aves: por un lado, pone en cuestión el que ciertos especímenes alados emigren del territorio español hacia África una vez acaba el verano en busca de un clima más cálido y, por el otro, los contrapone a los movimientos migratorios que se están produciendo en España a consecuencia de la crisis que padecemos desde 2008. Quizás este terreno ambiguo donde se sitúa el proyecto, entre la autobiografía, lo científico, lo conceptual y lo crítico es lo que le otorga ese peso específico que a mi modo de ver tiene.

02 La Térmica Creadores 2016Ana Barriga, Efrén Calderón, Jean Phillippe Illanes, Gala Knorr, Mamen Morillas y laconjunciónY (Candela Olarte y Deborah Elías). Comisariada por Fran Ramallo | Hasta el 17 de julio

Por tercera temporada tiene lugar en La Térmica la exposición que da a luz los proyectos de seis beneficiarios de la residencia Creadores 2016. Una muestra que condensa los hallazgos artísticos a los que estos artistas han llegado y que se presenta a modo de comisariado en una de las salas de lo que antaño fue el Centro Cívico.

Se puede apreciar el interés que sigue mostrando el jurado, que elige a los residentes de esta convocatoria, por un lenguaje como la pintura. Podríamos enmarcar, aunque cada uno lo trate de manera distinta, una relación entre los trabajos de Gala Knorr, Ana Barriga y Efrén Calderón, orientada a la práctica pictórica que es abordada en algunos casos de manera más ortodoxa y en otros quizás de manera más arriesgada. Éste es el caso de Efrén Calderón, un joven artista malagueño que triunfa dentro del mundo del graffiti y que también vehicula su producción hacia propuestas un tanto más proyectuales, donde el trabajo con la ciudad se antoja muy importante. Éste es el caso de la pieza que instala en el centro de la sala donde coloca objetos del ámbito urbano que son intervenidos con pintura. Una acción que conecta su modus operandi con la corriente de la pintura expandida donde destacan artistas como Katharina Grosse o Daniel Buren. Otro artista que me viene a la memoria y que podría conectar con su praxis es el fotógrafo Georges Rousse, que fotografía las arquitecturas que ha pintado anteriormente.

Destaca, asimismo, el sólido trabajo de Ana Barriga, que también pudo presenciarse en el MálagaCrea de este año y que, fiel a su imaginario, nos brinda una serie de tres pinturas llenas de excesos donde introduce un elemento a mi modo de ver muy interesante como es el juego; un aspecto que se puede apreciar por los motivos que aparecen en sus pinturas y que nos trasladan a lo infantil ya que son figuras -soldaditos de plástico, animales...- con las que creábamos esos mundos imaginarios en nuestros primeros años de vida. Del mismo modo que permite que la imaginación se desborde mediante sus pinturas, su serie Que viva el vino, tiene también la capacidad de desdramatizar aquellas imágenes un poco más oscuras introduciendo elementos plásticos que rompen con esta seriedad como es el spray a modo de intervención entre el cuadro y la pared.

El resto de las propuestas vehiculan entre el interés por lo arquitectónico, como es el caso de Jean Philippe Illanes y sus Vestigios arquitectónicos; el vídeo y la percepción del espectador ante las obras que encuentra en sus paseos por Roma, que es donde se instala la propuesta de La ConjunciónY; o el trabajo quizás un tanto más personal que desarrolla Mamen Morillas, titulado Ictus, una delicada pieza bordada sobre tela donde convergen lo natural con lo cotidiano, y donde el color tiene un papel muy importante.