Las troyanas, de Eurípides, en versión y dirección de Sebastián Sarmiento se estrenó en el Teatro Romano de Málaga. La Imprudente, la compañía que lidera Sebastián junto a Ana Ráez, ha tomado la obra de trágico poeta griego para acercarla a momentos que ahora parece mentira siguen estando vigentes. El vencedor en la guerra de antaño, cruel y vengativo, bárbaro a nuestros ojos del siglo veintiuno, es, por reflexión de La Imprudente, desenmascarado no menos inhumano que el presuntamente ganador hoy.

Las mujeres de Troya se enfrentan a un exilio forzado, no a una huida, casi a un rapto que se convierte en obsequio triunfal. Afrontar no sólo la derrota, también la humillación, la vergüenza, la esclavitud, si no la muerte propia y de los seres queridos, en manos del enemigo, la resignación o la rebeldía, todo eso pasa por la mente turbada de estas mujeres que ahora son carne de presa y que lo han perdido todo, hijos, maridos, dignidad y libertad.

No son las guerras de entonces como las de ahora, por lo menos las europeas, porque más allá de nuestras fronteras bien guardada sí existe esa barbarie y sí existen atrocidades que parece pertenecieran a la tragedia griega. Aquí nos las apañamos de otra manera. Y lo que hace Sebastián Sarmiento en su versión es introducir elementos dialécticos, explorar en el texto, otros textos que complementan, que ilustran el sufrimiento de esas mujeres que parten forzadas al exilio, con dolorosos testimonios del presente.

Una apuesta arriesgada. Una apuesta absolutamente cruda en su presentación, donde el valor importante se sustenta en la interpretación de los actores. Un escenario vacío potencia esa sensación de desheredados que está en la voz de los intérpretes. Sólo luz y movimiento. El resto es transmitir con veracidad y lo que se dice a cara perro el mensaje que el conjunto de los espectadores deducen de cada individuo que se muestra en el escenario del Teatro Romano.

Hay un elenco magnífico que da peso a esa tragedia de ayer y de hoy con solidez. María Benítez, Carmen Baquero, Elena de Cara, Ana Ráez, aprovechan esos momentos monologares que ofrece el drama para desarrollar eso que ya sabemos, que son unas espléndidas actrices. Andrés Suarez y Pablo Fortes acompañan a las protagonistas en un perfectamente empastado reparto; además de contar con profesionales como Raquel Pérez Alberdi, que se ha encargado de asesorar el trabajo de voz. Las troyanas de La Imprudente es una comprometida función, que no es sólo una versión actualizada al presente si no una sensible mirada a los oprimidos y a su completa dignidad.