El colombiano Juan Luis Londoño podría haber sido James Rodríguez pero prefirió ser el nuevo ídolo de la música urban latinoamericana. Colgó sus botas de futbolista cuando vio que su otra identidad, la del reggaetonero Maluma -Ma por Marli, su madre; Lu por Luis, su padre; Ma, por Manuela, su hermana- le daba más satisfacciones. Ahora, a sus 22 años, es el músico latino más seguido en las redes sociales -cuenta ya con más de 15 millones de seguidores en Instagram, 20 millones en Facebook, 2,5 millones en Twitter y 800 millones de reproducciones en YouTube- se codea con luminarias de lo suyo como Ricky Martin, recibe nominaciones a los Grammy, gana premios MTV, es considerado por muchos el futuro de la canción en español para jóvenes, diseña sus propias colecciones de moda y hasta tiene su propia fragancia; total, los factores que hacen hoy a una estrella masiva. Y credenciales que presentará en su debut entre nosotros: Maluma actuará el 11 de octubre en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga.

El colombiano se define a sí mismo con el título de su más reciente disco, Pretty boy, dirty boy; o sea, el chico bonito y el picante, «en contraste, en dualidad», como dice él, «un romántico malicioso». Aunque tiene claro que la clave de su éxito es su autenticidad: «No existe diferencia entre Maluma y Juan Luis. Tal vez ésa es la razón por la que la gente me sigue», ha explicado en una reciente entrevista. Eso, y claro, el «trabajo duro»: «Creo que trabajo tan duro, tan duro, todos los días que mi familia a veces se sorprende, mis amigos, mi entorno, las personas que me rodean... Pero yo creo que ésa es la clave: trabajar duro».

Rumores. Pero también Maluma se ha tenido que enfrentar a todo tipo de rumores y acusaciones: ha desmentido que los inicios de su carrera fueran financiados con dinero del narcotráfico, también un buen puñado de affaires sentimentales, ha tenido que enfrentarse a los diretes por algunos dimes no demasiado políticamente correctas sobre las mujeres, ha sido supuestamente extorsionado por vídeos íntimos... Pero él sigue a lo suyo, con su lema: «Hagas lo que hagas, unos te amarán y otros te odiarán. Sólo sé tú». Y con sus canciones, que buscan retener el crédito callejero del reggaeton primigenio pero satinado con su voz suave y sus estribillos superpop, coescritos por él mismo.

Veremos, oiremos en el Palacio de Ferias si hay para tanto, si el chaval que quería ser astro del fútbol pero lo cambió por el reggaeton tiene el futuro de la música latina en sus manos.