Las obras de Sorolla son siempre muy bien recibidas por el público. Algo que saben muy bien los responsables del Museo Carmen Thyssen, que ayer abrieron las puertas de la pinacoteca a La Opinión para mostrar el mimo y la dedicación con el que se desarrolla el montaje de la exposición Sorolla. Apuntes de Nueva York, muestra que abrirá sus puertas el próximo martes y que se detiene en el impacto que la Gran Manzana causó en el pintor valenciano.

La exposición, que podrá visitarse hasta el 8 de enero en la Sala Noble del Palacio Villalón, muestra nueve gouaches que Sorolla pintó durante su segundo viaje a Estados Unidos, en 1911. Alojado en el hotel Savoy de Nueva York, el valenciano pinta una serie de gouaches con vistas sobre la Grand Army Plaza, Central Park y el cruce de la Quinta Avenida con la Calle 59, obras que se presentan conjuntamente, por primera vez, en esta exposición.

Se trata de composiciones muy espontáneas, realizadas sobre los cartones que se usaban en la lavandería de los hoteles para doblar las camisas de etiqueta. Estos trabajos muestran la fascinación del pintor por los enfoques contrapicados, inspirados en la altura de los rascacielos y en los que se hace notar la profunda influencia de la fotografía.