El gran reto reciente de Dani Rovira ha sido convertirse en Ramón Arroyo, el empresario de éxito al que se le diagnosticó esclerosis múltiples y que terminó superándose a sí mismo de tal manera que terminó participando en la prueba atlética más dura del mundo, el ironman. 100 metros, la película con la que el malagueño se aleja de su hasta ahora hábitat natural, la comedia, se estrenará en noviembre. Mientras tanto, confirma que lo suyo con el drama no se quedará aquí: «En octubre me voy a Vietnam a rodar otro drama, Thi Mai», asegura Rovira en una entrevista con La Opinión de Tenerife, del grupo editor de La Opinión de Málaga.

La cinta, producida por Atresmedia, será dirigida por Patricia Ferreira (Los niños salvajes, El alquimista impaciente) y contará con un reparto de campanillas, compuesto, además de Rovira, por Aitana Sánchez Gijón, Carmen Machi y Adriana Ozores. El filme desarrollará el drama de una mujer (Sánchez Gijón) que sufre una fuerte depresión tras el fallecimiento repentino de su hija. De pronto descubrirá que tiene una nieta de nombre Thi Mai, que había sido concedida en adopción a su difunta hija.

Pero no crean que Dani Rovira ya no quiere hacer reír. Después de Thi Mai, volverá por sus fueros con la esperada adaptación de las aventuras del popular superhéroe español Súper López, de la mano de Javier Ruiz Caldera.

Mientras tanto, el malagueño está en nuestros cines con El futuro ya no es lo que era, una película vapuleada por la crítica durante su estreno, en el pasado Festival de Málaga, y que ha cosechado unos más que discretos resultados de taquilla. «Cuando uno asume la existencia del éxito tiene que asumir también la del fracaso», resume el malagueño cuando se le pregunta por la recepción brindada al filme de Pedro Barbero. Una película, por cierto, más popular por su singular cartel -en el que el humorista aparece caracterizado como su personaje en el filme, un vidente-, blanco de críticas y memes. «Te plantan ese cartel y qué haces... El trabajo de un actor termina en el rodaje, lo que viene después está en manos del director y el productor. Reconozco que me he reído con las bromas», asegura.

También habla Dani Rovira sobre 100 metros, una experiencia más que satisfactoria: «Estoy contento con el resultado. Fue duro, porque cada escena suponía una descarga de energía física y emocional importante; pero mostrar una enfermedad como la esclerosis múltiple, sobre la que no se había hecho nada, es maravilloso. Es algo mágico, más que una película».

Y finaliza la entrevista sobre su controvertida posición sobre la gala de los Premios Goya, que ha presentado en dos ocasiones; tras la última, objeto de notables burlas y comentarios negativos, especialmente en las redes sociales, Rovira aseguró que no repetiría. ¿Ha cambiado de opinión? «No hemos hablado nada, pero dejo la puerta entorná. Me di cuenta de que las redes sociales no son la voz de todo el mundo, y que a veces es mejor esperar para acercase a ellas. Y eso no me debe hacer renunciar a algo que me gusta».