Los ensayos se han intensificado esta última semana. Y aunque desde las tablas del Teatro Echegaray no se perciben nervios ni preocupaciones excesivas, la responsabilidad que siente el autor y director malagueño Ignacio Nacho ante el estreno de Los puercos late dentro de su pecho y su cabeza. Está acostumbrado, y mucho, a las puestas de largo de sus obras, pero el de este miércoles no es un estreno más. Con Los puercos -montaje que se representará en doce funciones de miércoles a sábado y hasta el 15 de octubre- se inaugura el proyecto escénico Factoría Echegaray, destinado a convertir el segundo escenario municipal en un vivero de propuestas locales.

«Factoría Echegaray me encanta como concepto global. Además, posee un perfil singular que lo diferencia de otro tipo de subvenciones y ayudas. Y es que no se trabaja sobre un proyecto concreto de una compañía consolidad, sino que pretende servir de catalizador entre profesionales del medio que se unen para montar una pieza. Es una propuesta que está muy bien y a la que le auguro mucho futuro», explica Nacho mientras los actores de Los puercos, Juan Carlos Montilla, Andrés Suárez y Fernando Jiménez, y van llegando al teatro, donde ya les esperan la responsable de vestuario, Elena Fernández Quadra, y el autor de la música, el guitarrista Ricky Vivar.

El dramaturgo, que compagina sus proyectos escénicos con el cine -el pasado verano concluyó el rodaje de su nuevo largometraje, El intercambio, protagonizado por Hugo Silva, Rossy de Palma, Pepón Nieto, Natalia Roig y Mara Gui, entre otros- no teme ser quien inaugure esta iniciativa escénica. «Me encanta que seamos nosotros los primeros. Aunque eso sea un arma de doble filo. Por un lado te pone en la palestra y captas mucha atención y expectativa, pero por otro lado, al no estar instalada la inercia del proyecto, quizá pueda resultar el arranque más tropezado».

Una fábula de realidad. Los puercos coloca en el escenario a tres personajes: un acaudalado hombre de negocios, su hijo y el chófer-criado del primero. Un accidente de tráfico, en el que un camión que transporta cerdos vuelca en la carretera, sirve de acicate para que sus relaciones cobren un nuevo sentido. «El argumento de la obra pasa a un segundo plano. En el fondo, mi intención ha sido crear un colchón en el que reposaran las vidas de tres individuos que podrían identificarse con cualquier persona. Porque en el fondo todos tienen un conflicto de identidad. En el fondo son personajes simbólicos. Y además en todo momento trabajamos con un pie en la realidad y el otro en la irrealidad. Nunca se sabe a ciencia cierta si lo que está ocurriendo forma parte de una ensoñación», señala el autor.

Durante la función, explica el director y autor, se tratan infinidad de temas, todos ellos atemporales y que nos afectan a todos de una manera u otra. «Se habla de todo. La pieza respira la sensación de que estos individuos se han perdido y una vez perdidos se encuentran. Si el espectador carece de prejuicios y viene con la intención de oir, habrá un momento u otro en el que empatice con alguno de los personajes. Se ponen muchos asuntos sobre la mesa que atañen a la naturaleza del ser humano. Es una fábula escrupulosamente trazada».

Las entradas para todas las representaciones de Los puercos tienen un precio único de 15 euros. Como medida promocional de lanzamiento del proyecto Factoría Echegaray, se podrán adquirir, solo en taquilla, dos entradas a precio de una para las cuatro primeras funciones de esta obra inaugural (pases de los días 28, 29 y 30 de septiembre y 1 de octubre).