Todavía es posible que el hombre que se convirtió en insecto en la novela de Kafka no se levante uno de estos días transformado en alguien que jamás ha tocado ni tocará un libro. Todo comenzó, cuenta Vicente Moros, valenciano de 46 años afincado en Málaga, hace algo más de un mes, de la mano de una maestra belga de Primaria. «Ella se dedica, literalmente, a perseguir a sus hijos mientras van cazando pokémon por toda Bruselas, y pensaba, voy a aprovechar para liberar libros para que la gente que caza pokémon, a ver si los coge y se aficionan un poco a la lectura».

La iniciativa de la maestra belga le llevó a crear un grupo de facebook que en Bruselas ya cuenta con 77.000 seguidores. La idea también ha cuajado hace poco en Sevilla, que ya tiene unos 15.000 miembros. «Me pareció una idea muy chula, vi que no había nada parecido en Málaga y lo creé hace unos diez días», resume Vicente, que es periodista y trabaja para una ONG. El grupo de Facebook que administra se llama Cazadores de libros Málaga y ya ha superado los mil miembros.

La caza de libros es muy sencilla: «La idea es hacer una foto de la portada y del lugar donde dejas el libro para que la gente vaya a buscarlo si le interesa. Es como un intercambio gratuito de libros con el añadido de tener que investigar, de buscar», destaca.

El propio Vicente Moros, con la ayuda de su hijo Mario, de 10 años, comenzó liberando los siete primeros por varios barrios de Málaga. Los dos primeros sitios elegidos fueron el Parque del Oeste y el Parque Litoral. En este última zona verde dejaron El Principito de Antoine de Saint-Exupéry.

«La idea es que no se encuentren muy a la vista para que no lo encuentre cualquiera. Luego, el que lo caza se hace una foto con el libro, lo sube a la página y lo liberamos de los libros pendientes», cuenta. Los libros suelen dejarlos protegidos por un plástico transparente y dentro tienen una hoja en la que se informa de esta iniciativa. Por el momento, calcula Vicente, en estos diez primeros días han podido liberar un centenar para todos los gustos, desde las novelas de Julia Navarro a Aldous Huxley o George Orwell.

Vicente señala que para él es muy importante que le acompañe su hijo Mario, para que así se aficione a la lectura. «He cazado Cuentos para jugar, lo encontré donde estaba el Teatro Romano y la Alcazaba y me emocioné», indica Mario.

En cuanto al tipo de lectura, el administrador del grupo señala

que, en su caso, ha llegado a tener más de dos mil libros en casa, «y ya no te caben más, así que un día te planteas, para qué quiero tener tantos si la mayoría no voy a volverlos a leer, luego los libros están hechos para que los lea mucha gente y los comparta».

Lo llamativo, subraya el promotor de la idea, es que entre los cazadores hay muchos jóvenes, y es una manera de reivindicar la lectura pero también la del libro de papel.

Vicente, que suele leer unos tres libros al mes, tiene en la mano una novela de la escritora inglesa Jojo Moyes: será el próximo que liberará en cuanto lo termine. Su hijo Mario tiene ya decidida la zona: «Por el Centro».

Los cazadores de libros tienen previsto sueltas especiales, de centenares de ejemplares con motivo, por ejemplo, del Día del Libro en 2017.

Para entonces serán, probablemente, miles los que en Málaga aparquen los pokémon y se sumerjan en el noble deporte de la caza del conocimiento y la diversión.