«Hace seis años fui a Nueva York de gira con Chano Lobato para dar unos conciertos de flamenco-jazz, y en uno de esos días perdidos entre actuación y actuación encontré en una tienda de Manhattan las partituras originales de Charlie Parker with Strings. Eran muy caras, pero no me lo pensé. Me hipotequé y las compré».

Ernesto Aurignac almacenó los viejos papeles hasta que tras una petición de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria los desempolvó para interpretar en vivo junto a sus profesores los arreglos de standars de jazz que hizo Bird con su habitual magia. Entre esa actuación, en julio de 2016, en la que tocó seis de los temas que editó Mercury Records allá por 1950 en dos discos de vinilo de diez pulgadas, y la de este viernes, 21 de octubre en el Teatro Cervantes de Málaga, en la que se escucharán once, Aurignac ha seguido estudiando en profundidad a Charlie Parker.

El saxofonista rememorará junto a su banda y una veintena de músicos de la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, con Arturo Díez Boscovich en el atril, la intuitiva y magistral manera de hacer música del genio del bebop. Con este proyecto, el compositor y saxofonista continúa escalando peldaños en el panorama del jazz europeo.