El estreno de Timeless en las televisiones de todo el mundo ha venido marcado por la demanda por plagio que le han presentado los productores de El Ministerio del Tiempo. Javier Olivares, uno de los creadores de la ficción española, semanalmente va colgando en su Twitter algunos de los elementos en común que ha visto entre ambas durante la emisión del capítulo de la presunta versión apócrifa norteamericana. Debo reconocer que la primera vez que leí una noticia sobre la controversia por el supuesto plagio fui un poco escéptico. Nunca me terminó de convencer si tenían razon los ministéricos, hasta que empecé a ver el primer episodio de Timeless, anotando las diferencias que veía entre una y otra. Ya me estaba inclinando yo más por el lado de las divergencias, hasta que en un determinado momento tuve un déjà vu y se me encendieron todas las alarmas patrias. Me levanté indignado del sofá como si fuera el personaje de Alonso, herido en su orgullo de soldado y caballero español. Y comprendí que las casualidades no existen. Entre las dos hay diferencias, pero también parecidos escandalosos. Hay un dato muy revelador y es que los responsables de El Ministerio del Tiempo enviaron su material a Sony Pictures para tratar de que se la produjeran, o vender los derechos para hacer la verisón USA. No es la primera serie europea que se adapta allí. Lo hemos visto con las nórdicas The Killing y El Puente o con la francesa Les Revenants. Pero, en el caso que nos ocupa, las negociaciones se rompieron y la cadena NBC apareció a los pocos meses, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, con otro proyecto de serie de viajes temporales. Sin embargo, han introducido las suficientes variaciones que les podrían hacer esquivar la demanda judicial y les librarían de tener que pagar derechos de autor.

La idea inicial es muy parecida, dos hombres y una mujer que viajan por el tiempo para preservar la historia de su país de las maquinaciones de un misterioso villano que pretende cambiarla. Los dos equipos son reclutados para velar por que se preserve la línea temporal de las maquinaciones de sus antagonistas para crear un efecto mariposa. En las dos, el personaje femenino es una experta en historia y es la verdadera líder del grupo. Ahora bien, si en El Ministerio del Tiempo el trío protagonista procede de distintas épocas, en Timeless todos son del siglo XXI. En España, tenemos a Julían Martínez (Rodolfo Sancho), un enfermero del Samur en la actualidad; Amelia Folch (Aura Garrido), procedente del siglo XIX y una de las primeras universitarias españolas, y Alonso de Entrerríos (Ignacio Fresneda), un caballero español del Siglo de Oro muy chapado a la antigua. En Estados Unidos los protagonistas son Lucy Preston (Abigail Spencer), una profesora de historia reclutada por su condición de experta; Wyatt Logan (Matt Lanter), que es el soldado asignado al equipo; y Rufus Cerlin (Malcolm Barrett), el científico del grupo y que es afroamericano. Destaco la raza de este último personaje porque el tema racial ha estado presente en los episodios emitidos hasta ahora, ya que su personaje comprueba cómo la gente de color era tratada en otras épocas; casi del mismo modo que Amelia ha de hacer frente a sociedades que la ignoran por el mero hecho de ser mujer. La cuestión de la discriminacion de género se ve sustituída por la racial en la versión USA. El giro argumental que me hizo levantarme del sofá indignado del que hablaba más arriba es que resulta que tanto Julián como Wyatt están atravesando sus particulares tragedias personales porque ambos perdieron a su mujer en un accidente y tienen la tentación de jugar con el tiempo para evitarlo.

En El Ministerio del Tiempo, el vehículo para viajar al pasado son unas extrañas puertas ubicadas en esta sede gubernamental secreta que permiten a todos los agentes desplazarse entre una época y otra. Al parecer, los villanos cuentan con otras puertas no controladas por el Ministerio para ir al pasado a intentar cambiarlo. En Timeless, los protagonistas utilizan una máquina del tiempo que había sido desarrollada en secreto por una corporación al servicio del Gobierno. El villano ha robado una de las máquinas y los protagonistas le persiguen en otra similar. Mientras que en El Ministerio del Tiempo los protagonistas tienen a sus espaldas el respaldo de toda la infraestructura de la organización en las épocas que visitan, en Timeless están ellos tres y sólo cuentan con sus habilidades para resolver el enigma de por qué su enemigo está en esa época.

En el apartado de los villanos, en El Ministerio del Tiempo la que ha sido la principal enemiga de los protagonistas es Lola Mendieta (Natalia Millán) y suele estar detrás de buena parte de los incidentes temporales. En Tmeless, tenemos a Flynn (Goran Visnijc) autor del robo de la máquina y antagonista del trío de agentes temporales. En las dos series, ambos mantienen un encuentro con sus respectivas protagonistas femeninas en las que les advierten de que la organización para la que trabajan no es tan limpia como creen y se ven a sí mismos como los auténticos héroes. Otro déjà vu. ¿Veremos a un equivalente de Jordi Hurtado en la versión norteamericana? ¿Vendrá también Pacino en la segunda temporada y en Estados Unidos le bautizarán Resines?

Timeless es entretenida y sabe marcar un ritmo trepidante, pero le faltan todos esos guiños y referencias irónicas a la sociedad actual de la producción española. Quizá sean unos chistes que sólo en nuestro país entenderemos, pero le dan mucho sabor. En los tres episodios que lleva Timeless emitidos no se están atreviendo a mostrar demasiado a personajes históricos, salvo en el segundo en el que los protagonistas viajaban al día del asesinato de Abraham Lincoln. Esta última semana hemos tenido a Frank Sinatra y a JFK, pero de espaldas, sin mostrar su rostro y sin interactuar con los protagonistas. En El Ministerio del Tiempo en los tres primeros episodios vimos las versiones de El Empecinado, Lope de Vega y hasta Franco. Timeless está dirigida a un público más globalizado y no puede permitirse esas referencias que públicos distintos no puedan entender, lo que genera un producto más aséptico. Las dos series picotean de otras historias sobre viajes temporales que ya hemos visto, un poco de Star Trek, del Doctor Who, Regreso al Futuro y Terminator.

La historia de los dos países, España y Estados Unidos, ofrece un abanico muy amplio de posibilidades muy diferentes para las misiones que se desarrollen en cada capítulo y que ambas acaben siendo muy diferentes. La lástima es que Televisión Española, a pesar del presitigio crítico que está teniendo su serie, no haga más que demostrar dudas a la hora de renovarla, hasta el punto de que durante meses hemos tenido dudas de si habría tercera temporada de El Ministerio del Tiempo. Menos mal que ha salido Netflix dispuesta a participar en la financiación. No sería de extrañar, dadas otras lamentables decisiones de la cadena pública, que un día acabara cancelando esta serie para ofrecer en su lugar Timeless. Y es que ya hizo un parecido disparate con Los Misterios de Laura, aunque en aquel caso era una adaptación oficial en la que los norteamericanos pagaron los correspondientes derechos de autor. En este otro caso, la palabra la tienen ahora los tribunales.