Filarmónica de MálagaDirector:

Arturo Díez Boscovich. Solista: Juanjo Guillem, percusión.

Director Coro: Salvador Vázquez.

Programa: Olympic Fanfare and Theme, de J. Williams; Concierto para percusión y orquesta, de J. Torres y Los planetas, op. 32, de G. Holst. Coro de Ópera de Málaga

La banda sonora se ha hecho un hueco necesario en las salas de concierto bien como protagonista, o bien, en el caso del abono pasado de la Filarmónica de Málaga, dentro de las obras seleccionadas para el programa. Lejos, muy lejos de un sencillo y pegadizo hilo melódico la música participa de una labor creativa y por tanto artística que discurre obligatoriamente por una construcción donde los sonidos van más allá de los simples hallazgos en torno a una obligada reflexión de los caminos de la música.

En este contexto se ubican las tres páginas que la OFM en la batuta del malagueño Arturo Boscovich presentaba en su cuarto programa de abono. Al escuchar la fanfarria escrita por Williams para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles podemos descubrir una tradición anterior en la que se encuentran autores como Shostakovich o Richard Strauss que también escribirían para este acontecimiento mundial. Más allá de su carácter circunstancial y efímero, el oyente encuentra unos sonidos que evocan un tiempo anterior y donde es indudable asociar el discurso que atesora la obra con su autor. De estructura clásica, tras el excepcional motivo expuesto por los metales, que reaparece a lo largo del desarrollo de la obertura, le sucedería un desarrollo orquestal solemne y evocador.

Boscovich supo aflorar todo el potencial tímbrico del conjunto sinfónico, desde la contundencia de metales al perfecto empaste de la cuerda. El director malagueño dibuja en la banda sonora un medio que maneja con soltura y en el que se ha convertido en un referente, si a ello añadimos el trabajo expuesto con la Filarmónica no resulta extraño, por tanto, la buena acogida del público para este cuanto menos curioso programa.

Estrenada por la ORCAM hace dos años el Concierto para percusión y orquesta, de J. Torres hizo su estreno con la Filarmónica de la mano de un percusionista de excepción como es Juanjo Guillem quien no regresaba a Málaga desde la titularidad de Edmon Colomer.

El concierto de Jesús Torres se estructura en cuatro tiempos entre los que inserta tres cadencias disponiendo de un amplio aparato de percusión con los que explora sonoridades a lo largo de la amplia plantilla orquestal que dispone. Boscovich y Guillem entendieron la página más que un ejercicio orquestal y virtuoso, una reflexión de la propia evolución de la música.

Los planetas, de Holst ocuparían toda la segunda parte del programa. Resulta inevitable establecer ciertos paralelos lingüísticos con la obra de apertura. De lo que no cabe duda fue la interpretación realizada por director y OFM. El equilibro, el constante pulso, los contrastes dinámicos? Todo ello contribuyó a una de esas versiones en las que nos lamentamos que no exista un registro de la misma. Arturo Díez demostraría que es un músico atento a los detalles y donde cada acento cobra significado dentro de un contexto muy claro de aquello que desea conseguir con la orquesta. Concluimos sin nada que aportar de la actuación del Coro de Ópera porque habló por sí misma.