En el Teatro Cervantes ha dado comienzo un ciclo con espectáculos de ambiente cervantino y shakespeariano para conmemorar los cuatrocientos años de la muerte de ambos autores. La otra mano de Cervantes abrió esta programación. Los sevillanos de Fundición Producciones nos proponen este casi monólogo del propio Cervantes en su encierro en la cárcel de Sevilla donde se supone dio a luz el propio Quijote. En ese periodo de tiempo transcurrido en las mazmorras hispalenses, ya según la ficción de Luis Felipe Blasco Vilches, el recaudador comparte celda con un jovencito que, según dice, tiene la misma profesión porque se dedica a aligerar la bolsa de los ciudadanos. Este muchacho, prendado de una tal Aldonza, trata de escribir un carta de amor aunque no con muy buen estilo. Cervantes se prestará para mejorarla a cambio de ser escuchado porque el primero no demuestra ser muy conversador. Así el recaudador-escritor nos va narrando diversas etapas y anécdotas vividas previas a esta prisión. El manco, cuando salga, gracias al pago de unas multas, llevará personalmente la misiva a la enamorada. La dramaturgia nos va dirigiendo por un periodo del autor entre verdades y exageradas narraciones de aquel que sintiéndose humillado necesita demostrar todo lo que ha sido y es. El éxito profesional y personal es muchas veces temporal, y la gloria de un instante deja a más de uno con una ansiedad imperecedera que constantemente necesita evocar. Una frustración que algunos no superan. En este momento, en este lugar, el protagonista parece estar en ese punto.

Con una puesta en escena muy elaborada para lograr el subterráneo cavernario y el ambiente lúgubre, la escenografía y el diseño de iluminación logran un complemento de espectáculo compacto. Aunque el día de esta representación nos quedamos pensando si las proyecciones que se intuían debían ser tan poco visibles o era un fallo, que por otra parte hacía perder la atención en un texto que por momentos no se oía al estar el volumen de la música muy por encima del de la voz de los actores. Un espectáculo pedagógico que podría haber arriesgado más allá de las anécdotas.