El Ballet Nacional Ruso del prestigioso Sergei Radchenko regresa a Málaga con La bella durmiente, una pieza en la que la partitura de Tchaikovsky, la coreografía de Marius Petipa y el cuento de Charles Perrault se engarzan en un mágico conjunto.

El Teatro Cervantes acoge este miércoles (20.00 horas) una única función de uno de los ballets más espectaculares y representativos del repertorio clásico, una historia de hechizos y amor, con hadas buenas y malvadas, princesas encantadas y príncipes salvadores. El legendario solista del Teatro Bolshoi de Moscú Sergei Radchenko, Artista Honorario del Pueblo de la URSS, dedica La bella durmiente a la memoria de Maya Plisétskaya, quien fuera su pareja de baile durante más de 20 años. La troupe eslava retorna al Cervantes después de representar en octubre con gran éxito La bayadera en el Ciclo de Danza 2016. En esta ocasión se levantará el telón para un título esencial del repertorio de la compañía, una obra que junto a El lago de los cisnes o El cascanueces forma el corpus esencial de las composiciones para ballet de Tchaikovsky.

Maria Sokolnikova, Maria Klueva, Anna Zimovchenko, Olga Gudkova, Alexandra Krukova, Dmitri Sitkevich, Nurlan Kinerbaev, Alexander Daev e Ivan Zviagincev son los bailarines de este montaje del Ballet Nacional Ruso de una coreografía creada por Marius Petipa sobre un libreto de Ivan Vsevolozhsky y música que Tchaikovsky compuso en 1889. Vsevolozhsky, con ayuda de Petipa, se basó en la versión de los Hermanos Grimm del cuento original de Charles Perrault. Aunque desarrolla la historia de la princesa Aurora y el profundo sueño en el que se sumió tras pincharse con un huso e incluye la aparición de personajes de otros cuentos en el tercer acto, el hilo conductor de La bella durmiente es la escenificación del eterno conflicto entre el Bien y el Mal.

El Ballet Nacional Ruso se funda en 1989, cuando Sergei Radchenko cumple el sueño de reunir los elementos más clásicos de los ballets Kirov y Bolshoi en una nueva compañía de ballet independiente dentro del marco de la danza clásica rusa. Los principales bailarines de toda Rusia forjan bajo dirección de Radchenko una emocionante compañía, poniendo en escena nuevas producciones de clásicos como Giselle, Don Quijote, Paquita y Carmen.