Hablar de un cómic de 1986 equivaldría a impartir una pesada lección de historia del noveno arte si no fuera porque afortunadamente la obra en cuestión es un crossover ficcional con personajes de lo más variopinto interactuando en la misma aventura. Me estoy refiriendo a Leyendas, que haciendo honor a su título, realiza una curiosa reflexión acerca de lo que convierte a los superhéroes en seres míticos.

Basándose en una idea del afamado guionista John Ostrander, su homólogo Len Wein, creador de personajes tan relevantes como La Cosa del Pantano y Lobezno, concibió una controvertida historia sobre como el supervillano extraterrestre Darkseid decide acabar con los superhéroes de la Tierra como primer paso en su plan para apoderarse del planeta.

Curiosamente no se dedica a eliminarlos, sino que se conforma con una artimaña más ladina: lanzar una campaña de difamaciones que les haga perder su aureola legendaria. Para conseguirlo encarga esta misión a uno de sus secuaces, Glorious Godfrey, al cual envía a la Tierra haciéndolo pasar por un tertuliano televisivo que usa arteramente la capacidad de manipulación de la pequeña pantalla para denigrar a los superhéroes frente a la opinión pública americana.

En medio de tan curioso argumento aparece por vez primera el Escuadrón Suicida y también participa la Liga de la Justicia de América, con personajes más dispares que en otras apariciones: el Detective Marciano, el Hombre Elástico, Vixen, Vibe, El Hombre Nuclear, Gitana y Acero. Por si fuera poco hace su primera aparición la Dra. Amanda Blake Waller, una oronda afroamericana que en un principio se erige como enemiga de la Liga de la Justicia para eventualmente unirse al equipo. Por si fuera poco, la aventura termina mostrando una nueva composición de la Liga de la Justicia formada por Batman, Guy Gardner, Blue Beetle, Canario Negro, Capitán Marvel, Detective Marciano y Dr. Destino.

Este recopilatorio reúne seis entregas. En la quinta, el dibujante, John Byrne utiliza varias páginas para ajustar cuentas con Jim Shooter, su antiguo jefe en Marvel, editorial que el historietista había tenido que abandonar por problemas con su superior. Su venganza consiste en enfrentarlo con un personaje ficticio, Guy Gardner, en una lucha en la que hace el ridículo estrepitosamente. Para mayor sorpresa, en varios números aparece el por entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, hablando con Superman, pero en la segunda entrega lo vemos recibiendo al Hombre de Acero en la Casa Blanca acompañado del vicepresidente George Bush padre y el secretario de estado George Schultz fielmente retratados. El dibujo de John Byrne es soberbio y muestra ese estilo que se desarrolló en los años ochenta, cuando los superhéroes dejaron de ser únicamente amasijos de músculos para convertirse en personajes un poco menos fornidos y más sutiles. Sin embargo Superman sigue siendo algo hierático y por eso le roban el protagonismo secundarios como el Capitán Marvel, Robin o incluso el Doctor Destino. Y es que Leyendas nos devuelve hasta un pasado reciente del cómic norteamericano que ahora más que nunca vale la pena recordar disfrutando de su lectura.