Hace casi dos décadas, la ciudadanía de Málaga salió a la calle para alzar la voz y reivindicar el Palacio de La Aduana como museo. Este lunes, 12 de diciembre, precisamente cuando se cumplen 19 años de aquella histórica movilización popular, de la primera que marcó el principio de este camino a punto de finalizar, Málaga abrirá de par en par las puertas de su museo en el Palacio de la Aduana, una obra de arte en sí mismo hasta ahora prácticamente desconocida.

El Museo de Málaga se abre al público como un espacio para la cultura en mayúsculas, un lugar donde recibir desde su patio central a las malagueñas y malagueños, a todos los andaluces y al inmenso mapa humano de viajeros que cada año nos visitan desde todos los lugares del mundo. También el Museo de Málaga nos invita a convertirse en un punto de encuentro para familias, docentes, estudiantes e investigadores que van a poder leer la historia de Málaga en todo su conjunto. Y lo van a hacer incorporando a su recorrido una herramienta de un potencial excepcional para la formación y el conocimiento como es el almacén visitable, donde las humanidades, la ciencia y la tecnología se dan la mano en un espacio que entra de lleno en la concepción de institución museística del siglo XXI. El Museo de Málaga renace ahora con un discurso museográfico innovador, que se sirve de la tecnología y los lenguajes que requieren las nuevas exigencias en la gestión del patrimonio para conformar una oferta cultural de primer orden, integradora y adecuada para todo tipo de público.

Pero sin duda este museo ese abre con la vocación clara de convertirse en el Museo de Málaga, de su gente, en el espacio donde late el corazón de las mujeres y hombres que han habitado esta tierra. Málaga se va a descubrir a sí misma a través de la Aduana y muchas personas de la capital y de la provincia van a ver en las piezas de su colección, frente a sus lienzos, en el paseo tranquilo por este grandioso edificio, su propia historia, porque el recorrido expositivo que se ha realizado va a hacer posible reencontrarse con los fondos almacenados durante dos décadas y conocer por primera vez la importante cantidad de nuevas piezas que se han incorporado a la colección, aportando una nueva mirada sobre Málaga.

El resultado del trabajo realizado en este museo va a permitir a las malagueñas y los malagueños recorrer su pasado, adentrarse en lo que son y en lo que fueron, conocer parte de su propia vida. Estamos convencidos de que la Aduana es y será el espejo donde Málaga va a reconocerse, el museo que albergue los sentimientos de identidad de todo un pueblo. Y lo va a hacer a través de las piezas excepcionales de la sección de Arqueología, testimonio puro del inmenso legado que dejaron las distintas culturas que habitaron esta tierra, y también de la colección de Bellas Artes, con la que la ciudad y su provincia podrán deleitarse con la belleza y la capacidad creadora de sus maestros de la pintura, entre los que figuran aquellos que fueron la primera fuente de la que bebió Pablo Picasso.

Ahora que se abren las puertas de esta institución es el momento de dar las gracias. Por eso la elección de la fecha de inauguración del Museo de Málaga no es casual; es la forma que tenemos de agradecer a todas aquellas personas que hace 19 años marcaron el camino, inasequibles al desaliento, para que la Aduana se convirtiera en museo, una reclamación que encontró la respuesta en el Gobierno sensible con la cultura del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero para que hoy la Aduana sea hoy lo que es: un sueño hecho realidad.

Ha sido un largo camino que ha requerido de un grandísimo esfuerzo por parte de muchísimas personas, por eso quiero aprovechar estas líneas para hacer extensiva mi absoluta gratitud a todas cuantas personas han trabajado incansablemente en este proyecto desde sus distintas responsabilidades.

Todo esfuerzo merece la pena. Como consejera de Cultura, participar de este esfuerzo compartido ha sido y es un motivo de orgullo, ser testigo del momento en que la Aduana se reencuentra por fin con su ciudad y la ciudad con ella es para mí un momento de plena felicidad. Sólo me queda invitarles a través de estas líneas a visitar, a sentir, a disfrutar, a vivir el Museo de Málaga. La Aduana es de Málaga. Es su Museo.

*Rosa Aguilar Rivero es consejera de Cultura de la Junta