La Cultura es una de las señas de identidad más profundas y poderosas que atesora Andalucía. El caudal de personajes y talentos aportados a la historia de la Humanidad es inagotable y de un nivel más que sobresaliente. Una fortaleza que nos debe comprometer a canalizar esa fuerza creativa para sacarle el máximo provecho. Eso, en los tiempos que corren, significa construir una industria cultural de primer orden que nos permita crear empleo, riqueza y extraer económicamente todo ese potencial.

Si hay una ciudad que, en los últimos años, se ha distinguido por su apuesta valiente y decidida por la Cultura, esa ha sido Málaga. Desde que hace trece años abriera sus puertas el Museo Picasso Málaga, todo un hito del que podemos sentirnos muy orgullosos los andaluces y andaluzas, la ciudad ha experimentado notables impulsos que, sin duda, han contribuido a situarla en el mapa de las principales ciudades culturales del mundo.

Málaga, lo sabemos, tiene una fuerza innovadora, emprendedora y turística envidiable; tiene un clima excepcional y una situación a pie de mar que actúa de imán para atraer turistas. Pero ha tenido la virtud de no pecar de conformista, de querer ser más porque podía serlo. Y ha apostado fuerte por hacer del turismo cultural en general, y del artístico en particular, otra de sus fortalezas.

En torno al arte ha ido creando una pujante industria y un tejido importantísimo que está gozando del favor del público y que la ha situado en las agendas culturales más relevantes. En este contexto, mañana lunes la ciudad volverá a ser protagonista, con todo merecimiento, de otro hito cultural de primer orden. La apertura del Museo de Málaga y la recuperación de una joya de la arquitectura civil como el Palacio de la Aduana constituyen dos reclamos de excepción que incrementarán el peso de la ciudad, y con ella de toda nuestra Comunidad, en el panorama del patrimonio y el arte.

Andalucía es una tierra de cultura y Málaga es la prueba de cómo se puede y se debe encauzar para hacer de la cultura una industria con peso específico. Vaya pues mi reconocimiento a este notabilísimo esfuerzo, posible gracias al concurso de todas las Administraciones e instituciones. Y, cómo no, al empuje de la ciudadanía, que en este caso concreto llevaba a la calle hace casi dos décadas la reivindicación de albergar el Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana. Desde entonces, poco a poco se ha ido materializando esa petición hasta cristalizar en la pinacoteca con la que tanto ha soñado Málaga para albergar su valiosa colección de más de 3.500 piezas.

La apertura de un museo siempre es una buena noticia. Cuando además viene a incrementar la oferta de excelencia y calidad que se ofrece, como es el caso, mejor aún. Andalucía es tierra de museos, como lo prueba el hecho de contar con una de las redes museísticas más potentes de España. Desde mañana, sumamos uno más que, por sus características, es muy especial.

Deseo que, al igual que ha sucedido con otros activos culturales de la ciudad, el Museo de Málaga se convierta en otro motor económico, artístico y patrimonial. Viendo el potencial tanto del contenedor como del contenido, creo que será posible. Felicidades a todos los que han contribuido a que esta iniciativa pueda ver la luz al fin y aprovecho para subrayar el compromiso del Gobierno andaluz en la promoción de nuestra valiosa y fértil actividad cultural.

*Susana Díaz Pacheco es presidenta de la Junta de Andalucía