Siempre hay malagueños presentes en eso que llaman la fiesta del cine español: Antonio de la Torre no falta, Dani Rovira se ha convertido en un maestro de ceremonias que gusta/disgusta lo suficiente como para generar su continuidad y siempre hay nombres pujantes que buscan su hueco (este año, el de Belén Cuesta, sin duda lo mejor de 'Kiki. El amor se hace'). El boquerón que siempre destaca pero por su ausencia es el Festival de Málaga. Cine En Español.

De las cinco cintas candidatas al Goya a Mejor Película tres ('Un monstruo viene a verme', 'Tarde para la ira' y 'El hombre de las mil caras') tuvieron su puesta de largo nacional en el Festival de San Sebastián; ninguna, en el Festival de Málaga. Pero es que, una temporada más, nuestro certamen ocupará una posición más que marginal en la noche del cine español: así, a bote pronto, sólo la candidatura de Marc Crehuet ('El rey tuerto') a Mejor Dirección Novel y la aspiración de 'Gernika' en el rubro de Mejores Efectos Especiales representan a títulos seleccionados por la cita de las biznagas.

Es cierto que las grandes categorías de los Premios Goya suelen destacar a los títulos de mayor cartel de la temporada, los que, claro, o inician directamente su carrera comercial en los cines o utilizan como muleta de promoción el más importante festival nacional (San Sebastián) o cualquier certamen internacional. Ahí, el Festival de Málaga lo tiene crudo, claro. Recordemos, por ejemplo, que su ganadora de este año, la estupenda 'Callback', ni siquiera se ha estrenado en las salas de nuestro país.

Si el cine español confía en el Festival de Málaga 'cediéndole' las películas que apenas figurarán en el cómputo final, el de la temporada de premios, y si el peso de nuestro certamen es insuficiente para garantizar el estreno comercial de su película triunfadora, no me extraña nada que Juan Antonio Vigar y su equipo hayan decidido convertir el festival en una cita de cine "en español", lejos de la exclusividad patria de hasta ahora.