Poeta, ensayista, virtuoso del aforismo, rockero, Camilo de Ory ha publicado una novela centrada en el mundo del circo en una editorial joven e independiente, Boite de Carton, que le ha llevado a una primera reflexión: "Dile a un editor que te publique una novela de 400 páginas y verás si el tamaño importa".

"Osos en bicicleta" se titula esta obra que suma a Camilo De Ory (Málaga, 1970) a la estirpe de escritores que, como Ramón Gómez de la Serna, Alfredo Marqueríe o Luis Alberto de Cuenca, no han considerado el circo un género menor o un tema marginal: "Ramón también cultivaba la frase breve y le dio por la prosa larga y circense; creo que aquí hay un patrón", ha dicho De Ory sobre esa semejanza.

De su paso del aforismo a la novela ha añadido: "En realidad, la primera versión legible de la novela es previa a mi descubrimiento de las redes sociales, que son el laboratorio en el que he ido produciendo y decantando los aforismos que luego he publicado, de manera que el proceso ha sido el inverso; es decir, mi capacidad verbal ha menguado ostensiblemente".

De Ory no da una respuesta que carezca de humor en cualquiera de sus formas, de la ironía al sarcasmo pasando por el mero chiste, una costumbre que, una vez que se ocupó del feminismo, le valió salir del periódico en el que publicaba sus columnas: "Me echaron por hacer chistes inconvenientes, y fue en una época en la que aún no se perseguía lo políticamente incorrecto como ahora, de lo cual me enorgullezco mientras miro el plato vacío en mi mesa".

Sobre la diversidad de sus intereses creativos ha dicho: "Siempre me he visto como un prosista; escribía ocasionalmente poemas; como lector y como escritor le he dedicado mucho más tiempo a la prosa que a la poesía, pero lo cierto es que hasta ahora había publicado sobre todo libros de poemas; en cuanto al rocanrol, sigue latiendo en mí y me obliga a comprarme ropa demasiado ajustada".

A la pregunta de si el circo, como espectáculo, y la novela, como género, no pertenecen a otro tiempo, ha contestado: "Hoy el espectáculo no es lo que ocurre en la pista, que es una birria sobre todo desde que han prohibido los animales; lo estremecedor está en las sillas de plástico sucio y el ambiente patibulario del chiringuito."

"En cuanto a la novela, llevamos toda la vida intentando matarla y no se deja, pero sí es cierto que internet y las redes sociales están dando lugar a unos nuevos hábitos lectores y a una forma distinta de escribir, que se define por ser intermitente, fraccionaria y no remunerada; y por carecer de prestigio, que es el que al final te puede llevar, indirectamente, al dinero".

"Osos en bicicleta" es también una parodia del género negro, aunque su autor ha advertido: "La tentación es parodiar las 'Sombras de Grey' y similares, es decir, la novela rosa de toda la vida pero con un poco de vello púbico y un par de azotes aquí y allá; el problema es que alguien podría tomarlo a uno por un tonto rijoso y pensar que lo está escribiendo en serio, y yo no quiero eso para mí y para los míos".

Del amor, tan presente en su obra, ha señalado que "las historias de amor tienen interés porque suelen conducir al sexo; y también muestran ese territorio que se extiende entre lo glorioso y lo ridículo y que refleja muy bien la condición humana".

Sobre su cambio de domicilio de Málaga a Madrid, sólo ha comentado que en esta ciudad se pasa el día "alternando con gente que pronuncia todas las palabras hasta el final, lo cual me crispa y me parece un alarde inútil".