El malagueño Marcos Fajardo recibirá el próximo 11 de febrero el Premio Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (AMPAS) en la categoria de Premio Científico y de Ingeniería, el mismo que reciben empresas como ARRI, RED, Sony y Panavision por sus cámaras digitales de cine, y que en anteriores ocasiones recibieron empresas como Leica, Fujifilm o Kodak por diversos avances tecnológicos como películas fotográficas, impresoras opticas, y sistemas de escaneado, proyección y corrección de color. Nada mal para un auténtico cerebrito que ya como adolescente que vivía en el Parque Mediterráneo de Málaga demostró que sus capacidades le llevarían muy lejos.

Fajardo y su equipo reciben este Oscar por su software Arnold, utilizado desde hace más de una década por las grandes superproducciones para sus efectos especiales. Se trata del primer Oscar Técnico de esta categoría que recibe un español. Gravity, Star Wars: Episodio VII, Iron Man 3, The Amazing Spider Man, Doctor Strange o Guardianes de la Galaxia son solo algunas de las películas cuyas imágenes se han podido realizar gracias a Arnold.

La distinción de Hollywood se suma a la de la Academia de Cine de España, que ya reconoció en 2016 a Solid Angle, empresa de Fajardo, con el galardón tecnológico Segundo de Chomón; también recibió el Premio Mare Nostrum 2014 de la Sociedad Cientifica Informatica de España

Marcos Fajardo empezó su aventura siendo un joven apasionado por las matemáticas y comenzó a escribir el código de este programa informático, o software, en 1997, cuando estudiaba Ciencias de la Computación en la Universidad de Málaga. Su obsesión era el cálculo de los rebotes de luz en entornos virtuales tridimensionales, usando una técnica conocida como trazado de rayos, que en esa época era lenta, tediosa y cara. Nadie, entonces, predijo que este software sería hoy día referencia mundial para la realización de los efectos especiales digitales de las producciones cinematográficas más importantes.

Desde los 23 años se buscó la vida en innumerables empresas extranjeras, hasta que en 2006 fundó su propia compañía, Solid Angle, sello de I+D con sede en Madrid que se encargó de llevar el producto a un nivel de sofisticación técnica y velocidad tan alto que hoy día se hace difícil encontrar una empresa de postproducción que no trabaje con él. Y eso es gracias a Arnold, un software que calcula o renderiza imágenes digitales de gran realismo. La renderización es el proceso de simulación física de las trayectorias de billones de fotones virtuales mediante el que se generan imágenes o videos partiendo de un modelo en 3D. Los modelos pueden ser muy detallados, e incluyen fuentes de luz naturales y artificiales, propiedades de reflexión de las distintas superficies, texturas, y elementos volumétricos como humo o explosiones.

Solid Angle cuenta hoy con oficinas en Madrid y Londres, ingenieros en 4 continentes (trabajadores «tan frikis» como él, suele bromear el malagueño), y cientos de clientes en más de 50 países. Los clientes más VIP del mundo del audiovisual y, reconoce, los artistas a los que él sirve: «Nosotros hacemos pinceles, pero ellos son quienes saben pintar», suele resumir Fajardo cuando le preguntan al respecto de sus relaciones con los cineastas.

Ahora está a punto de embarcarse en una nueva aventura: está a punto de producir su primera película, con actores españoles y argentinos y, avanza, «sin apenas efectos especiales». Se trata de 'Despido procedente', una comedia de acción dirigida por su "amigo y socio" Lucas Figueroa, rodada en Madrid y Buenos Aires, con Imanol Arias, Hugo Silva, Darío Grandinetti y Miguel Angel Solá.