Un marco de fotos, un telón que comienza a subir, unos operarios llevando algunos baúles y carteles de discos antiguos recorren en blanco y negro algunos instantes de la carrera profesional de Joaquín Sabina. Es la idea de su último single que lleva por título Lo niego todo y cuyo videoclip, en el que se pueden ver algunas caras conocidas como la de Leiva -que produce el disco- o la actriz Macarena Gómez, tiene un sello muy particular: el de Adrián Ramos y Oriol Segarra, unos malagueños que han luchado por convertir su pasión por el cine en una realidad.

Ambos nacieron en la década de los ochenta y se marcharon a estudiar a Madrid. Juntos, entre clases y prácticas decidieron poner en marcha en el año 2006 su propio proyecto al que llamaron Cretino Films y bajo el que han firmado, como pareja artística, sus primeras incursiones en el séptimo arte. Lo hicieron poco a poco a través de cortometrajes como Screener que en 2016 formó parte del XIX Festival de Málaga o El alpinista. Entonces, comenzaron a cumplir los retos de una trayectoria que ahora se consolida un poco más gracias a la dirección del último videoclip del cantante. «La idea de colaborar con Joaquín Sabina surgió el pasado mes de octubre», explican. Fue Estela Films, la productora con la que hicieron sus últimos trabajos, la que les propuso la iniciativa ante el asombro de los dos jóvenes. «Fue una sorpresa, pero también un reto. Hemos escrito y dirigido muchos cortos, pero hasta la fecha solo habíamos realizado un videoclip». cuentan.

El miedo y el respeto ante lo desconocido parecieron desvanecerse cuando conocieron al artista ubetense, con el que rodaron durante cuatro semanas en distintas localizaciones, como el Museo del Ferrocarril, el Hotel Tótem de Madrid o el Teatro Real Carlos III de Aranjuez. «Trabajar con Joaquín ha sido muy fácil. Él es un gran profesional, sabe moverse con una cámara delante, cómo marcar las miradas y los tiempos», aseguran ambos que, sin saberlo, estaban inmersos en un auténtico reto: el de resumir más de 40 años de carrera musical de uno de los artistas más conocidos de la música en español en apenas cuatro minutos. «La idea era hacer un repaso a la carrera de Sabina, con referencias a su vida y obra, pero sin caer en lo evidente. Crear un universo donde los fans pudieran reconocerse y al mismo tiempo fuera accesible y emocionante para alguien que no pillase todas las referencias. Jugar a desmitificar la imagen del artista. Ojalá lo hayamos conseguido».

Antes de llegar al producto final, que vio la luz hace menos de una semana, la pareja artística barajó miles de ideas que fueron tomando forma a través de la puesta en común con la productora y el propio artista. «Al final hay un poco de dos planteamientos diferentes, pero que combinaban muy bien. Un trayecto onírico donde el propio Sabina era testigo de su carrera y, por otro lado, representar un casting de imitadores de Sabina».

Más de 1.150.000 visualizaciones en Youtube en apenas seis días les hacen ser conocidos en un mundo como el de la dirección aunque ellos no lo tienen tan claro. «No sabemos si nos consolida o no, porque la industria del cine es bastante diferente a la del videoclip. Qué duda cabe que es una manera de llegar a muchísima gente, algo que con los cortos y el cine no siempre es posible», aseveran.

Entre sus próximos proyectos se encuentran el corto Una china en el zapato, protagonizado por un actor chino y medio malagueño, Marcos Zhang, que presentarán en la próxima edición del Festival de Málaga, además de varios videoclips. Adrián Ramos y Oriol Segarra confiesan que tienen una nave industrial donde caben un montón de sueños por cumplir. «Algunos están a medio hacer y otros en reparación pero a todos los queremos por igual. Se cumplan o no», sentencian.