El 34º Festival de Teatro de Málaga acabó este fin de semana con las representaciónes de Hambre, de David García-Intriago y con la Medea de Aitana Sánchez-Gijón, ambos en el Teatro Cervantes. Ambas obras han ayudado a que la edición de este 2017 alcance los casi 19.500 espectadores, lo que significa el tercer mejor dato de la serie histórica del festival, solo superado por las ediciones que incluían un gran musical en su cartel (el 31, en 2014, con ocho pases de Grease, y el 28, en 2011, con siete funciones de Chicago).

Las 69 funciones de los 48 espectáculos programados entre el 7 de enero y el 12 de febrero congregaron a 19.407 espectadores, casi un 3 % más que en la pasada edición, que recibió a 18.862 personas pero repartidas en más funciones (un total de 88). La Reina Juana interpretada magistralmente por Concha Velasco, la lección de profesión de Héctor Alterio en El padre, la sátira encabezada por Maribel Verdú en Invencible, La asamblea de las mujeres, una "chirigótica y rumbera" revolución femenina liderada por Lolita y dirigida por Echanove, y el infantil Juan sin Miedo lograron el lleno en el Teatro Cervantes. 15.262 butacas se ocuparon en el edificio de Gerónimo Cuervo, al tiempo que el Teatro Echegaray recibió a 3.745 personas y el Hotel Vincci Posada del Patio contó por lleno absoluto los diez pases de Hambre, un "torbellino de propuestas ingeniosas" que ha incluido teatro, música y cena (400 espectadores-comensales). En el Teatro Echegaray llenaron la "descomunal, feroz y desgarradora" Medea de Aitana Sánchez-Gijón y algunos de los pases infantiles del cartel, como El viaje de Pinocho o Viaje a la luna.

El Teatro Cervantes mostró muy buena entrada en las funciones de Una gata sobre el tejado de zinc caliente, con Juan Diego y Maggie Civantos a la cabeza, y el Zenit de Joglars (en ambos casos, más de tres cuartos de ocupación el primer día y un 90 % el segundo), además de en el estreno de Felicidad, un valorado trabajo de los malagueños Tenemos Gato que casi agotó las butacas instaladas sobre el escenario (85 % de ocupación). El 34 Festival se abrió a la danza contemporánea en dos momentos para recordar: Luz Arcas estrenó su extraordinario Miserere, el trabajo de mayor formato de La Phármaco, y Lindsay Kemp regresó con un compendio de sus más laureadas coreografías trufadas con piezas nuevas. En ambos pases se ocuparon dos tercios de las butacas puestas a la venta, una cifra que también alcanzó otra de las exquisiteces del encuentro escénico, El cartógrafo, protagonizada por unos alabados Blanca Portillo y José Luis García Pérez. La comedia de Cesc Gay Los vecinos de arriba, con media entrada, se situó a continuación según cifras de ocupación del primer escenario de Málaga.

El Cervantes fue el marco del estreno nacional de Los amores oscuros, una pieza "de alta joyería" escénica basada en la novela homónima de Manuel Francisco Reina y protagonizada Clara Montes y Antonio Campos. Un segundo montaje sobre la obra y la vida del autor de Yerma, el Lorca de Histrión, llegó al 34 Festival tres días después de su estreno absoluto en Granada, y tanto su puesta en escena como el regreso de Josep Maria Flotats con Serlo o no obtuvieron un sobresaliente apoyo de la crítica especializada. Estas tres obras, El pintor de batallas y el Colours de Natalia Dicenta oscilaron entre el tercio y el cuarto de entrada.

El Teatro Echegaray acogió cinco de los nueve estrenos absolutos del 34 Festival de Teatro. Dos de ellos, (Des)montando musicales. Capítulo 1: Stephen Sondheim y Tú y yo. Historia rota de un vodevil, mostraron el buen hacer de Nuevo Teatro Musical, en el segundo caso aliado con Black Sheep, ante un público que respondió (75 % de entrada). Medio aforo tuvo El juez de línea, montaje que supuso el bautizo teatral de la compañía A Rola Producciones y la segunda función de la comedia musical Iberian gangsters. El quinto estreno fue la interdisciplinar Marzo 10, NY_Silencio blanco (20 % de ocupación).

La magia del Jajejijojú, los dos pases del Ciclo Anverso/Reverso, el circo de Vademekun y la reposición de Las troyanas de La Imprudente superaron ampliamente los dos tercios del aforo del Echegaray, y tanto Piedras preciosas, con Rafael Amargo en el elenco, como la versión del Himmelweg de Mayorga de la compañía Sala Atrium rebasaron la media entrada. Y el Echegaray también ofreció diversas ´delicatessen´ destinadas a mostrar la vitalidad de las artes escénicas de nuestro país: abrió sus puertas para las propuestas de salas del circuito alternativo como Tribueñe (La casa de Bernarda Alba, que casi llenó, y La mirada de eros) y La Cuarta Pared (Nada que perder), y se abrió ayer domingo para la delicadeza del premiadísimo Hilos de La Rous. Además, el segundo teatro municipal programó el humor negro de Chiqui Carabante en Desde aquí veo sucia la plaza y acogió el escalofriante monólogo de Me llamo Suleimán, primera de las dos propuestas de la compañía canaria Factoría Unahoramenos (la segunda, Los malditos, se representó en el Cervantes).

Esta ventana abierta a espacios y compañías innovadoras del tejido nacional se inscribe en una política de intercambio artístico que está tendiendo puentes con las producciones de Factoría Echegaray, la incubadora escénica municipal. Igualmente, el 34 Festival ha cuidado a las compañías malagueñas de nuevo cuño: además de las que han estrenado o repuesto sus montajes, otro ejemplo ha sido la programación de Ni un clavo más para tus putos tendones, Premio MálagaCrea 2016.

Junto a los 48 espectáculos del programa oficial, el Festival ha tenido el complemento de un Off en el que han participado Urte Teatro, la Sala Up del Teatro Alameda, Microteatro Málaga, la Sala Joaquín Eléjar, La Cochera Cabaret y La Caja Blanca.