No hace ni un año que Alicia Florrick salió de nuestras vidas y ya nos ha llegado el spin off de The Good Wife. Esta semana se ha estrenado en España (y en Estados Unidos hace tres) The Good Fight, donde asume el protagonismo Diane Lockhart (Cristine Baranski), una de las protagonistas de la serie anterior. Con nuevos personajes y viejas caras conocidas, The Good Fight mantiene la esencia de su predecesora y se coloca como una digna sucesora que aspira a superar el listón que ésta le colocó. The Good Wife era una producción de largo recorrido (siete temporadas de 22 episodios cada una) que ya forman parte de la historia reciente de la televisión. Con los pocos episodios emitidos, aún es pronto para ver si las andanzas de Diane dejarán la misma huella que la de su serie madre. Pero promete hacerlo y el arranque no ha decepcionado. Algunos de los personajes secundarios habituales en el universo de Alicia Florrick ya se han dejado caer por los nuevos episodios y es más que probable que veamos a unos cuantos más. La elegante banda sonora de David Buckley, las intrigas entre grandes bufetes de abogados y los impecables guiones del matrimonio King han vuelto.

Normalmente este tipo de series suelen ser recibidas con escepticismo por los seguidores que inmediatamente piensan que no estará a la altura del legado de la anterior y ya desde la primera escena aguardan implacables con el hacha en la mano para empezar a despotricar. En The Good Fight ocurre justo lo contrario. El público está totalmente entregado y con esperanzas de que sea buena. Vale, no tenemos a Alicia, pero la esencia de su universo se mantiene. Cada vez que vemos una cara conocida, sentimos esa sensación como cuando en "Star Wars El Despertar de la Fuerza" vimos aparecer a Han Solo y a Chewbacca corriendo de nuevo por los pasillos del Halcón Milenario. El cínico abogado de familia David Lee, el anciano Howard Lyman, el progresista juez Abernathy... hasta Diane en un par de escenas se ve atrapada por la nostalgia mirando una vieja fotografía con Will Gardner.

The Good Fight es una de las apuestas fuertes de la CBS para poner en marcha su servicio de suscriptores. El episodio piloto pudo verse en abierto, pero el resto será para abonados. La serie con la que iba a abrirse esta nueva televisión a la carta era la nueva Star Trek Discovery, pero los retrasos en la producción del mítico título de ciencia ficción han colocado la responsabilidad sobre el carisma de Diane Lockhart y el buen hacer de sus creadores, el matrimonio formado por Robert y Michelle King. No se trata de un segundo plato cualquiera, porque The Good Wife convenció en su día a público y crítica y se convirtió en una de las mejores series en abierto que podían verse en la televisión norteamericana.

La estrecha conexión con la realidad vuelve en esta serie y, en la primera escena del episodio piloto, vemos la atónita cara de Diane mientras en televisión retransmiten la toma de posesión de Donald TrumpCierto es que nada se vuelve a mencionar en el guión sobre el nuevo inquilino de la Casa Blanca pero, conociendo el compromiso político de Diane y sus simpatías hacia el partido demócrata, seguro que se vuelve sobre el tema. No sería raro ver algún episodio en el que las abogadas protagonistas tienen que defender a algún afectado por el veto migratorio. Apostaría a que la escena de Trump se ha añadido cuando buena parte de la temporada ya estaba rodada y como un guiño a los espectadores que ya saben de qué pie cojea esta serie. Tras esta leve alusión a la realidad política, The Good Fight se adentra en otras aguas que, desgraciadamente, también conocemos muy bien, como son los atroces efectos de la crisis económica. Una recesión que se ha visto agravada por el hecho de que hayan aparecido grandes estafadores que, con las promesas de lucrativas inversiones, volatilizaron los ahorros de miles de familias. Estafadores que como Bernard Madoff se convirtieron en algunas de las personas más odiadas de América.

En el arranque de la serie, vemos cómo Diane pierde todos sus ahorros en una estafa piramidal cuando apenas le quedaban dos semanas para jubilarse y vivir un paradisíaco retiro en la Riviera francesa. El estafador es precisamente uno de sus mejores amigos y cuya hija acababa de incorporarse al bufete e iba a convertirse en su nueva pupila. Esta joven que empieza su carrera es la segunda protagonista de la serie, Maia Rindell interpretada por Rose Leslie a quien recordarán los seguidores de Juego de Tronos (No sabes nada Jon Nieve) Si Alicia Florrick intentaba abrirse camino en el mundo de la abogacía rodeada de los murmullos de quienes hablaban sobre las infidelidades de su marido, a Maia le toca cargar con los pecados de su padre y afrontar la ira de sus víctimas que la culpan también a ella de haber dilapidado su dinero. El episodio piloto coloca a las dos abogadas, la madura y la joven, en un bufete de letrados de color y comprometidos en la defensa de los derechos civiles que ejerce la acusación en casos de brutalidad policial. En ese nuevo despacho, trabaja otra conocida del reparto de The Good Wife, Lucca Quinn (Cush Jumbo) que se incorporó a la anterior serie en su séptima y última temporada. Hay que recordar que Diane y Lucca no terminaron nada bien entonces, con lo que aquí se retoma ese resentimiento y las heridas que quedaron abiertas entonces.

La primera temporada sólo tendrá diez episodios y habrá que ver si el número se incrementa para las próximas entregas. Algunos ya vaticinan que el servicio de suscriptores supondrá menos capítulos pero de mayor calidad. El estreno del piloto tuvo unas audiencias discretas en Estados Unidos (7,2 millones de espectadores) y todo apunta a que el hecho de tratarse de un producto de pago provocara que hubiera un interés menor. Para la CBS los datos decisivos serán los del número de espectadores que se suscriban a su página atraídos por las intrigas legales de Diane Lockhart. En España, la serie puede verse semanalmente de forma casi simultánea que en Estados Unidos en Movistar. Quienes no hayan disfrutado aún de The Good Wife, la serie se ofrece íntegra en Netflix.