«Ante todo, el arte debe ser alegre; nunca lúgubre», proclamó en 1931 el escultor estadounidense Alexander Calder, cuyo espíritu impregna la nueva exposición-taller del espacio dedicado al público más joven en el Centro Pompidou de Málaga, donde los niños podrán, ante todo, divertirse creando. «La intención es transmitir a los niños la idea de ser feliz en una exposición a través del mundo del circo, algo central en la obra de Calder», explicó ayer en la presentación Isabelle Frantz-Marty, comisaria de este taller diseñado por el Centro Pompidou de París.

En 1926, cuando sólo contaba 28 años, Calder se instaló en París y empezó a ofrecer representaciones de circo en miniatura con figuras, por ejemplo, de animales articulados, y el Pompidou de Málaga plantea ahora un recorrido «de ida y vuelta entre el arte y el juego para entender el discurso de un artista que es muy divertido», según la comisaria. La exposición se divide en tres partes, la primera de ellas dedicada al equilibrio de las formas, y en este espacio los niños podrán trabajar con el primer equilibrio que conocen en su vida, el del cuerpo. Podrán emular a un equilibrista que camina sobre un alambre en el circo, y este concepto le llevará hasta los móviles de Calder, «que fue el responsable de uno de los grandes cambios en el arte del siglo XX al introducir el movimiento en la escultura». «Los móviles de este artista se mueven gracias al viento e introducen así la noción de azar», apuntó Frantz-Marty, que resaltó que un dispositivo permitirá a los niños tomar tres fotografías de una misma escultura en movimiento y comprobar cómo «siempre hay un millón de formas de ver una obra de Calder». Este escultor viajaba siempre con un rollo de alambre y unos alicates, con los que hacía sus «dibujos en el espacio», a los que está dedicado el segundo espacio de la exposición. Los niños podrán dibujar con su dedo sobre una pantalla en un solo trazo o descubrir que las formas que han creado con alambres pasan de las dos a las tres dimensiones al colocarlas ante un proyector y contemplar su sombra.