El humorista Manu Sánchez, que estos días anda metido en un plató de televisión «grabando un nuevo programa» que comenzará a emitirse «muy prontito», acude este jueves al Teatro Alameda con la obra 'El último santo', montaje con el que estará en Málaga hasta el próximo domingo. Encarnado en el mismísimo Lucifer, Sánchez plantea con mucha ironía y humor las distintas contradicciones que presenta la actualidad.

El Mundo se acaba y parece que la Creación no ha salido como se esperaba. Dios no está dispuesto a aguantar ni un segundo más a corruptos, desagradecidos, desalmados, tramposos y egoístas; el ultimátum es claro, y el encargo cae en manos del único que conoce el Paraíso y el Averno, el único que estuvo arriba y abajo, el único que parece tener respuestas? el pecador, el disfrutón, la bicha mala: El último santo.

En una entrevista que se publicará este viernes en el suplemento de fin de semana de La Opinión de Málaga, Por fin es viernes, el sevillano analiza desde los distintos ataques a la libertad de expresión sucedidos a raíz de los chistes sobre Carrero Blanco -"La libertad de expresión es el sacro santo derecho que tenemos todos a quedar como un perfecto gilipollas. Que cada uno diga lo que le dé la gana y que cada uno vea a quién está dispuesto a molestar", confiesa- a la escalada militar promovida por el nuevo presidente estadounidense.

«Lo que da miedo de Trump son las formas. Los Estados Unidos siempre han tenido el botoncito rojo en su poder. El problema es que ahora han usado su fuerza militar sin el aval internacional, sin consultar a sus aliados y sin medir la respuesta de los que apoyan al país que ataca», destaca.

Esta desquiciada realidad le ofrece al diablo de El último santo la plataforma perfecta para incidir en la crítica social y mostrar las incoherencias que vivimos a diario. «Esta función comienza con el Apocalipsis. Lo hicimos así pensando en cómo se estaba calentando el ambiente. Pero, fíjate, la realidad supera la ficción y al final todo el mundo comprende el discurso de este demonio y empatiza con él», sostiene. «Este Satán es el responsable de un montón de pequeñas gamberradas. Porque las grandes maldades las hacen otros. Lo que pasa es que a él le ha tocado llevar la mala fama».

Las funciones de jueves y viernes arrancan a las 20.30 horas; el sábado hay dos pases (18.30 y 21.30) y el domingo, a las 19.30. El precio único de las entradas es de 20 euros.