Título: ´Monogamia´

Compañía: Factoría Echegaray

Autor: Marco Antonio de la Parra

Dirección: Nacho Albert

Intervienen: Miguel Guardiola, Paco Pozo

Lugar: 19 de abril, Teatro Echegaray

´Monogamia´ de Marco Antonio de la Parra es la apuesta de Factoría Echegaray para esta temporada post-semana santa. Arranque interesante entre otras cosas por el propio autor. Marco Antonio de la Parra es uno de los autores teatrales más reconocidos de los últimos tiempos en lengua española. El chileno tiene tras de sí una amplia trayectoria como dramaturgo entre otras cosas, en la que destaca su crítica por la burguesía y sus iconos ideológicos.

En 'Monogamia', son dos hermanos los que se reúnen en un club de alto nivel a instancias del más joven, también más conservador, para un encuentro del que éste espera salir con una solución para su problema: está enamorado. Y no es su esposa precisamente quien es objeto de este sentimiento. La cuestión es fundamentalmente que este joven defiende a ultranza la monogamia como forma de vida y ahora se encuentra en una encrucijada. Considerando por su parte que su hermano mayor es más libertino, y por tanto con una mayor experiencia en el tema, trata de encontrar el auto-perdón y el valor que por sí solo no se otorga. Lo cierto es que la historia en sí no es sino una excusa para poner en solfa conceptos fundamentales; la honestidad, la lealtad con uno mismo y con los demás. Todo ello en un ambiente aparentemente ligero donde los juegos de palabras, las cosas que no se dicen, las vueltas y revueltas hasta llegar a un punto concreto, van dibujando una comedia amable y muy entretenida.

Una historia que la dirección de Nacho Albert ha sabido encauzar con sutilidad y comprensión hacia los personajes. Dando aire a los actores para integrar un dúo muy creíble en su relación como hermanos que a pesar de ser tan diferentes se quieren. A su manera. Ahí un estupendo trabajo de los dos actores, Miguel Guardiola y Paco Pozo en un trabajo donde con la comedia con humanidad como propuesta, sin descartar la comicidad de las circunstancias, les permite crear dos personajes cuyo arco evolutivo como personalidades hace que disfrutemos de dos interpretaciones excelentes. Hay momentos para la ternura, momentos para la desesperación y momentos para la intimidad. Tal vez este último sea donde cojea la puesta en escena. Resulta difícil entender el plano íntimo si el espacio físico es tan expuesto y abierto. Choca que en ese mismo club haya gente (aunque no las veamos, están) y sin embargo ellos no mantengan cierto reparo en ser descubiertos en sus intimidades. Una sugerente comedia que dura lo que la botella de vino que comparten los hermanos.