Este viernes, 12 de mayo de 2017, es un día importantísimo en la historia del metal malagueño, que quedará marcado en su secreta historia: porque el quinteto local Thyrant lanza hoy su disco de debut, All what we left behind, a través de nada más y nada menos que Indie Recordings, el mítico sello discográfico noruego, hogar de luminarias como Satyricon, 1349, Solefald, Enslaved y Cult Of Luna, entre muchos otros grandísimos nombres del black, el death y otros subgéneros del heavy más imaginativos y vanguardistas. En la Champions de la música extrema.

Thyrant es una banda muy joven ­­(se formó en 2015) pero en su nómina hay músicos de galones y quilates, como, por ejemplo, Miguel Navarro, el gran agitador del metal en nuestra ciudad: guitarrista en los legendarios Zona Púrpura en los 90 y, sobre todo, pope de Alone Records, la discográfica y distribuidora que, desde Málaga, de forma callada y mucho más reconocida fuera de nuestras fronteras, ha descubierto a grupazos como Orthodox o Viaje a 800, entre muchos otros, a lo largo de sus 15 años ya de trayectoria.

¿Que cómo suena Thyrant? Primero: bien, muy bien; como se suele decir en estos casos, sin tener nada que envidiar a grupos internacionales de primerísima fila. Segundo: lo suyo es un cóctel de sonidos, texturas e influencias de muchos años de metal, un viaje por muchos años de música contundente: cuando se les pregunta por referencias, ellos hablan de Carcass (por ese death n´roll que se sacaron de la manga en discos como Heartwork), Iron Maiden (el trabajo de las twin guitars tiene mucho de la doncella de hierro) y Enslaved (en los momentos más progresivos, que los hay, del álbum). Por cierto, ellos son Daniel Pérez, voces; J. Mérida, guitarra; Miguel Navarro, guitarra; Rubens Oliver, bajo y Miguel Vegas, batería son la formación actual de Thyrant. Dicen que empezaron a tocar juntos «casi por coincidencia, después de haber sido amigos durante la mitad ed nuestras vidas».

Grabaron All what we left behind el año pasado, en los Estudios Artesonao de Málaga, bajo la supervisión de Martin Furia. O sea, todo hecho desde aquí, con un mimo y una calidad impresionantes, para que, lamentablemente, se vendan más allí.

«Hubo mucha sangre, sudor y lágrimas durante la composición del repertorio; fue un largo viaje a través de cuestiones personales», aseguran desde Thyrant, ahora, aliviados por lanzar un álbum y, claro, «por la suerte de tener la oportunidad de compartir el camino con Indie Recordings y publicar nuestro primer trabajo con ellos». Un primer envite que merece toda la atención del mundo.