El góspel, la música espiritual afroamericana, ha transformado y adaptado las canciones pop actuales en España de la mano de los coros que han surgido en los últimos años, en los que importa más la pasión por el canto que la procedencia o religión de sus integrantes.

Grupos como Gospel Factory o Black Light Gospel se han convertido en referentes para artistas de todo el panorama nacional, al igual que ha ocurrido con los integrantes del último que ha nacido en Málaga, Gospel It, con el objetivo de posicionarse a la altura de estos músicos, explica a Efe su director, Rafael Estepa.

La traducción literal sería algo así como «gospéalo», es decir, cántalo en el género, pues si bien estos coristas recurren a canciones espirituales clásicas, su principal característica es que adaptan temas actuales o de las últimas décadas -como Man in the Mirror de Michael Jackson o Human de Rag'n'Bone Man-, destaca Estepa.

De entre todas las variantes de la música han escogido el góspel porque para ellos representa el germen de muchos estilos, y además les apasiona «la energía con la que cantan los espirituales negros», aunque la religión no es indispensable para los integrantes del grupo.

La fe en Gospel It está más alejada de un dios típico y más cerca de «algo superior», como que te invada «una energía especial que se transmite al público», señala el director.

El coro nació el pasado 26 de mayo de 2016 ante el deseo que Estepa y su otra directora, Belén Jurado, tenían de participar en una iniciativa así, y decidieron crearlo puesto que no encontraron ninguna alternativa en Málaga -en general en Andalucía hay menos que en el resto del país-, asegura el líder del grupo.

En el poco tiempo que lleva en activo ha tenido una muy buena acogida en la ciudad, resalta Estepa, al tiempo que recuerda que ahora están en tiempo de crecer, expandirse y darse a conocer para que el público nacional les acoja «con buenas manos».

Además, en este breve período de tiempo «se ha creado un ambiente muy bueno», comenta la corista Belén López, una de las veinte voces que componen el grupo, que tiene tanto personas que se dedican al mundo de la música como otras que vienen de la comunicación, el doblaje de películas, la economía -en su caso-, la universidad o el instituto. A esta variedad de ocupaciones se une la de los estilos, ya que cada corista está influido por uno distinto, desde el flamenco hasta el rock, y esto se aprecia en las improvisaciones, aunque intentan mantener una línea similar, precisa López.

«Cada uno tiene su propio estilo; yo creo que eso es lo que nos hace diferentes, no intentamos unificar y que todos suenen igual, intentamos que todos suenen con personalidad, cada uno con la suya», opina. Por otro lado, para la cantante y economista lo más importante es «el grupo humano que se ha creado», en el que cada uno puede aportar su «granito de arena» y están abiertos a las propuestas que mejoren el conjunto.