Lola en Soledad

Compañía: GNP Producciones y La Turista. Autora: Rosario Lara. Intervienen: Rosario Lara, Gregor Acuña.

Centro Cultural Provincial María Victoria Atencia

Lola en soledad se representó en el Centro Cultural Provincial María Victoria Atencia (Ollerías) dentro de su programación del Ciclo Escenik. Soledad de los dos personajes que integran el duelo. Dos hermanas. La primera, Soledad, nació siendo mujer: la segunda, Lola, se convirtió en mujer. Transexualidad. Pero no la del siglo XXI, aún difícil, sino la del siglo XX, años setenta, aún más difícil e incomprendida. Rechazo, Barcelona, cabaret, prostitución. Primeros tratamientos hormonales y estéticos. Personas que arriesgaron su vida buscando su definición. Lola es una de ellas, y sufre el desprecio y la intolerancia. Historias que, aunque mal, conocemos. Pero la parte de los otros, la de los que, aun queriendo a su hermano, su hijo, su amigo, no lo entienden, es menos tratada. Y aquí radica lo más interesante de esta historia de Lola: ¿cómo lo vive su hermana? ¡Cuántas preguntas sin querer hacer! ¡Cuántas que sí se atreverá a hacer! Dudas. Ese mar de vacilaciones que la actriz Rosario Lara refleja magníficamente en los momentos de desesperación. Porque a veces la vemos que lo acepta y a veces que no sabe lo que acepta. O si debe ser condescendiente y tolerar, no ya la situación, si no el carácter de la hermana que la agobia. No sabe si mete la pata, si lo está haciendo bien. Se enfada consigo. Y es con su mirada y su voz, de donde sale el jugo de un texto, que si no fuera por la pasión de los actores resultaría efectivo pero recurrente. Grande Rosario Lara. Como así el excelente trabajo de Gregor Acuña., que se convierte en Lola, una máscara, un travestido de los de hace años atrás, una exaltación de lo femenino con la tosquedad de lo masculino. Que se afina, que se reconvierte. Que cae, que se levanta. Que logra emocionar, mientras vemos cómo ese primer personaje esperpéntico se va despojando de lo superfluo para tratar de llegar a ser lo que siempre ha querido: una señora de las que bajan a comprar a la panadería en el barrio, sin más. Trabajo elaborado y bien logrado. Muy humano.