Por si no había sido suficiente la gesta del pasado 16 de agosto en La Malagueta, cuando se encerrara con toros de seis ganaderías diferentes, Fortes se las tenía que ver con un hierro legendario como es el de Miura. Tras la gran faena cuajada en su tierra a un toro de Victorino Martín, se esperaba que se pudiera reeditar el triunfo con las reses criadas en la finca Zahariche. Pero a día de hoy, Miura está muy lejos de Victorino en casta, fuerza y fiereza. La de hoy ha sido una corrida vacía, con las hechuras que se presuponen a tan insigne hierro en tan exigente plaza, pero parada y pastueña en su comportamiento. Con eso, sin la emoción y fiereza que se espera de esos toros, el diestro malagueño no pudo más que mostrar su disposición y estar por encima de las circunstancias.

Muy falta de fuerzas, ya el que abría plaza se quedaba corto con el capote e hizo pasar un apuro a Fortes cuando se trastabilló y cayó en la cara del toro. Tras brindar al público bilbaíno, que siempre le ha querido y respetado a pesar de que disputas empresariales les hayan separado en las últimas campañas, se constataron que las dificultades seguían patentes; no queriendo tomar el engaño que le presentaba. Su firmeza y persistencia tuvo premio al natural, consiguiendo arrancarle las contadas embestidas a base de cruzar la línea una y otra vez. Bien colocado siempre, empleó sus recursos técnicos, junto a su indudable valor, para sacarle el máximo partido a un animal soso y carente de transmisión.

En la misma línea discurrió la lidia del cuarto de la tarde, con el que intentó estirarse a la verónica sin terminar de conseguirlo ya que apretaba. Tras la indecisa intervención de la cuadrilla en banderillas, el burel llegaba a la franela revolviéndose, quedándose corto y echando la cara arriba. Molestó el viento en una faena en la que apenas se pudieron sentir unos derechazos templados pero con la mano alta para que no rodara por la grisácea arena bilbaína. Una imagen muy triste para un Miura.

El mejor lote se lo llevó el francés Juan Leal, al que le correspondieron dos toros que al menos galoparon en los inicios de faena, comenzados con un pase cambiado el primero y de rodillas el segundo. Esa movilidad aportaba la emoción fundamental, viviéndose instantes de mayor transmisión. Fue arrollado en su primero tras perderle la cara en un desplante, y a punto estuvo de ser cogido al entrar a matar al quinto, entrando el pitón por la axila del torero. Dio una vuelta al ruedo en cada uno de sus oponentes.

Simplemente pudo mostrar disposición Román en el tercero de la tarde, un toro complicado ante el que siempre estuvo bien colocado; mientras que en el que cerraba plaza paseaba el único trofeo de la tarde tras una actuación de más a menos en la que ofreció mucha verdad en su toreo y aprovechó las posibilidades que le brindaba uno de los astados más potables. La estocada final resultó clave para definir la concesión de la oreja.

Plaza de toros de Bilbao

Domingo, 28 de agosto

La plaza registró un tercio de entrada en tarde con rachas de viento. Toros de Miura, bien presentado, faltos de casta y parados. 2º y 5º tuvieron más movilidad. Fortes: pinchazo y estocada caída (ovación) y dos pinchazos, estocada tendida y descabello (silencio tras aviso). Juan Leal: media estocada (vuelta al ruedo) y pinchazo y estocada (vuelta al ruedo). Román: pinchazo y estocada caída (ovación) y estocada (oreja). Saludaron en banderillas Juan Carlos García, Marco Leal y Manuel Reyes, de la cuadrilla de Juan Leal.