Si no fuera por el "tedio" que vivió Pedro Almodóvar la pasada Semana Santa, quizás el público jamás pudiera conocer "parte de la confidencia" que es su casa, la que retrata en 70 fotografías "autobiográficas" que componen la muestra 'Bodegones de Almodóvar', que se inaugura mañana en la Fresh Gallery de Madrid.

"Es muy autobiográfico porque es mi cocina, mi ventana que da para mi patio, son las mesas con las que convivo y son objetos que he ido comprando durante mi vida", ha explicado hoy Almodóvar en una visita guiada a la exposición.

El soplo inicial al proceso creativo del cineasta, que fotografió los "mil objetos" con los que convive entre abril y julio de este año, se titula 'Tributo a Morandi' y se trata de vasijas que el cineasta compró hace más de treinta años en Milán, cuyas formas sugieren siluetas y expresiones de cuerpos femeninos.

La mayoría de las fotos, manifestó, están hechas en la encimera de la cocina, por una cuestión de luz pero también porque "la cocina es un lugar muy íntimo y uno no puede mentir allí". En combinaciones geométricas y, en gran parte, llenas de color, Almodóvar comparte un poco de su vida a través de juguetes, libros, lámparas, relojes y escondites más personales de su refugio.

A pesar de reconocer que no tiene práctica con los detalles de "ser fotógrafo", el director ha recordado que tiene "mucha experiencia en coger los objetos y encontrar su lugar delante de la cámara".

Influencias

Pronto se dio cuenta que el proceso le daba "mucha satisfacción" y empezó a probar cosas nuevas. Su primera obra "consciente" fue un retrato de kiwis y, luego, una serie de vasos con flores, en gran medida inspirado por artistas como Antonio López e Isabel Quintanilla.

"Hacer bodegones es algo muy grato, porque estás retratando objetos que son deseables, ya sea una fruta o flores", declaró.

Lo que quiere comunicar, reveló, es la "emoción" de mirar las cosas "de otro modo", sin disimular nada en la fotografía y por medio de la captura de todo lo que está "vivo" delante de la cámara, como los enchufes o la mancha en la pared que también componen la escena.

"Me levantaba por la mañana y lo primero que hacia era abrir la ventana para ver que tipo de luz entraba y desarrollé una relación muy emocionante con las cosas que me rodean", recalcó el cineasta.

La muestra de Almodóvar, que permanecerá en la galería madrileña hasta 26 de octubre, destinará su recaudación a la Fundación Mensajeros de la Paz, que estaba representada en la visita guiada por el Padre Ángel García Rodríguez.