Filarmónica de MálagaTeatro Cervantes

Director: Alejandro Posadas. Solista: Paula Coronas, solista. Programa: Concierto para violín para piano y orquesta en La menor, op. 78 «Fantástico», de Isaac Albéniz; Sensemayá, R.67 (Poema Sinfónico), de S. Revueltas y Chôros nº6 W.219, de H. Villa-lobos.

El primero de los dos programas dedicados por la OFM al repertorio latinoamericano tuvo como protagonistas a las figuras de Albéniz, Revueltas y Villa-lobos. En este encuentro a caballo entre el diecinueve y la centuria pasada descubrimos tres páginas de la mano del piano de la malagueña Paula Coronas y la exquisita batuta del colombiano Alejandro Posadas. Sobre los atriles, una propuesta artística que eleva a la categoría de irrenunciable la actual corriente de defensa y puesta en valor del caudaloso catálogo que suma el otro lado del océano. Plural y personal, atrayente y ecléctico. El complemento a este último abono llegará de la mano del próximo programa, que, centrado en la escuela francesa y española, cierra la retrospectiva planteada por la batuta titular y artística de la orquesta malagueña, Manuel Hernández-Silva.

Como comprometida podemos calificar tanto la idoneidad del Fantástico de Albéniz como la interpretación de Coronas y OFM. La página, más allá de ser el único concierto romántico nacional, resulta tan imprecisa, falta de carácter e imitativa que no aporta nada a la talla que alcanzaría el músico de Camprodón dentro de la corriente nacionalista española. Paula Coronas, conociendo estos inconvenientes, se atrevió a atacar este raro concierto. Le apreciamos buena intención y sentido musical pese a la inexpresividad que aporta la pieza. En la misma línea se situaba la batuta de Alejandro Posadas, volcado en conseguir hilar cierto discurso desde la vaguedad de ideas escritas por Isaac Albéniz.

Posadas en el podio y Coronas en el piano ofrecerían, no obstante, momentos interesantes ligados a ese deseo de concordancia y sentido de conjunto que adolece la obra. Destacar las dos cadencias del primer movimiento y el tiempo central desarrollado por la pianista malagueña, que justifican el sentido orgánico al que nos referimos pero también técnico como quedó reflejado tras la interpretación de la citada pieza.

La vuelta de Alejandro Posadas nos adentraba en dos obras bien contrastadas, de naturaleza técnica atractiva y sugerente que miran hacia el interior y cuyos resultados, sin embargo, poseen una extrema complejidad sonora, tal y como quedó reflejada en la impecable dicción del maestro al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga.

Sensemayá aporta un ritmo obsesivo que transporta a un tiempo mítico y de trance fiel al propio ritmo imprimido por Nicolás Guillén en el poema que encumbró al mexicano Silvestre Revueltas.

Finalmente, Villa-Lobos y su hipnótico Chôros nº6 cerraban este impecable programa desarrollado por los profesores de la OFM y la milimétrica batuta invitada de Alejandro Posadas.