«Soy una persona de turbulencias pero de permanente ligereza» señalaba Etienne Daho a propósito de su trayectoria artística. Más de treinta años en cabeza de las filas del pop francófono la carrera musical de Etienne Daho se ha balanceado sobre un poderoso ritmo creativo siempre en estado de ebullición distinguido por un impecable toque de elegancia, tanto en lo que se refiere a su proyección personal como a su propia obra musical . En 1979 Etienne Daho (Oran, 1956) da sus primeros musicales con el grupo Entre les deus fils denudés de la dyanamo, formación de título extenso como efímera por lo que se refiere a la vida musical.

Solo un año después, Daho comienza a rendir cuentas en solitario. Su primer álbum lleva por título Mythomane (1981) un título que recoge la personalidad del cantante y creador. El productor del álbum, Jacno, ha formado parte de la nueva ola punk francesa con su grupo Stinky Toys que capitanea junto con su mujer y cómplice Elli Medeiros. Tanto la pareja como el grupo serán una referencia permanente en la carrera de Daho. Aunque el álbum es bien recibido por la crítica, las ventas resultan más bien discretas. Gracias al éxito de la canción Le grand sommeil -incluida en el álbum- que se publica en single tiene la posibilidad de editar un nuevo álbum, La Notte, la notte (1984) con una portada ilustrada por los pintores-fotógrafos Pierre et Gilles que se convierte en una de las imágenes más icónicas de la música francesa de los años ochenta. La figuración pop de la pareja de creativos se fusiona con los sonidos electro-pop de las canciones de Daho. Una de las composiciones del disco, Week-end à Rome, consagra a Daho como el príncipe del emergente tecno-pop francés, un título que ya nunca más le abandonará.

Sus éxitos en escenarios legendarios como el Olympia o formando dúo musicales con figuras como Françoise Hardy o Jacques Dutronc, confirma su estatus dentro de la música popular francófona. Sofisticado y a la vez, popular, para conquistar públicos diversos. Los álbumes y los éxitos se suceden, Pop Satori (1986), entre las canciones del disco destaca Duel au Soleil que será más tarde retomada por Luz Casal con éxito y versión en castellano, Pour nos vies martiennes (1988), Paris ailleurs (1991), Reserection (1995), Eden (1996), etc. La llamada dahomania se extiende como una mancha de aceite. Desde la generación ye-ye de la década de los sesenta que no se producía un fenómeno tan señalado de identificación entre público y artista. El pop elegante de Daho se convierte en una bandera para una nueva generación de músicos entre Paris, Londres y Nueva York. El style Daho sirve tanto para rejuvenecer un antiguo éxito de Edith Piaf, Mon manège à moi como para colaborar en el renacimiento musical de una musa de los sesenta, la cantante y actriz Dani, que después de unos años de ostracismo a causa de las drogas vuelve a la escena artística de la mano de Etienne Daho cantando a dúo un viejo tema de Serge Gainsbourg, Comme un boomerang que en su momento había pasado discretamente. En 2011 publica un doble álbum recopilatorio celebrando sus 30 años de carrera musical. Un aniversario compartido con la plana mayor de las vedettes e iconos de la canción pop: Charlotte Gainsbourg, Vanessa Paradis, la británica Marianne Faithfull, Jane Birkin, Alain Bashung, etc. Hasta una leyenda de la escena y la pantalla como Jeanne Moreau se presta a colaborar con el cantante registrando su voz en el álbum Le condamné à mort a partir del poema del escritor Jean Genet del mismo título.

Despues de un periodo de cinco años sin publicar canciones nuevas aparece el álbum Blitz (2017) que ha devuelto al cantante y autor a la primera línea musical e informativa. La salida del álbum, rebosante de una atmósfera hedonista y sonidos psicodélicos coincide con una exposición de fotografías a la Philarmonie de Paris bajo el título Daho, l´aime pop! que recorre la historia reciente de la música popular francesa a través de la mirada del músico. «Desde mi adolescencia he ido haciendo fotografías a músicos, cantantes» señalaba al cantante a propósito de su otra faceta, la de fotógrafo. La exposición permite hacer un recorrido por cerca de siete décadas de la canción francesa, desde nombres históricos como Charles Trenet o Boris Vian hasta las últimas generaciones con Daho como guía y narrador. Músicos e intérpretes que han colaborado en su formación y deseo de convertirse en músico, que se ha cruzado en su camino a lo largo de todos estos años o que ha rescatado gracias a la exposición. El eterno adolescente cómo el mismo se confiesa que nunca ha perdido esa mirada de fan, de pasión e inocencia hacia la música.