Elegante, exquisito, bondadoso, humilde, cortés, generoso... Los adjetivos se agotan entre los autores malagueños que conocieron a Pablo García Baena, fallecido el pasado domingo a los 94 años en su Córdoba natal. «Todo el mundo lo admiraba y respetaba con independencia de las tendencias poéticas a las que perteneciera», recuerda Francisco Ruiz Noguera, quien no duda en señalar al fundador de la revista Cántico como «uno de los grandes poetas del siglo XX» que, además, poseía «una calidad humana y humildad excepcionales».

«Como poeta es un voz absolutamente excéntrica, exótica, barroca, excelsa... Para mí, su poética en una España dura, la España oscura y gris del franquismo, fue doblemente heterodoxa: porque se apartó de la poesía oficial y porque se apartó también de la poesía reivindicativa de carácter social. El grupo Cántico, y él a la cabeza, evidentemente, me parecen una auténtica isla de libertad y de cosmopolitismo e internacionalidad de aquella España», sostiene Alfredo Taján, que destaca al Premio Príncipe de Asturias de las Letras como un hombre «abierto, generoso» y de una gran «cortesía». «Su bonhomía, amplitud de miras y entrega han sido una enseñanza para todos los que lo hemos conocido bien. De mis encuentros literarios, él ha sido uno de los excepcionales».

«Era una bellísima persona», asegura Guillermo Busutil. «Era un hombre de una humanidad, una generosidad y una sencillez muy grandes. Como decía Pérez Estrada, era un príncipe. Un príncipe del dandismo, del barroco y del culturalismo, que esta muy presente en toda su obra. Como poeta, Busutil define al autor como «un joyero de la poesía». «Era un orfebre. Todo en sus poemas quedaba encajado con musicalidad».

«Tuve la fortuna de conocerlo con 18 ó 19 años, cuando daba mis primeros pasos como poeta», recuerda José Antonio Mesa Toré, que asegura que el autor cordobés se sumó desde sus inicios al proyecto del Centro de la Generación del 27. «Colaboró siempre en todo lo que se le pedía. En los últimos años ha sido el presidente del jurado del Premio Internacional de Poesía Emilio Prados para autores jóvenes, lo que le mantuvo muy en contacto con la poesía joven». Mesa Toré insiste en que se ha ido «uno de los grandes poetas de nuestro tiempo» de cuya poesía hay que destacar «su profundidad en las raíces del barroco andaluz y el culto por la belleza».

«Junto al resto del grupo Cántico tuvieron la valentía de ser fieles a una manera de entender la poesía que en aquella época iba a contracorriente de la poesía oficial y del gusto casi mayoritario. Y gracias esa actitud supusieron un puente con la Generación del 27 y una vuelta, después de la Guerra Civil, a lo mejor de la tradición poética con la que había comenzado el siglo XX», precisa el escritor y director del Centro del 27.

«El Centro Andaluz de lasa Letras no sería el centro que es hoy sin él. Ha sido el alma de la institución desde que se creó hace 20 años», afirma el director de la institución y escritor Juan José Téllez, que resalta la «enorme elegancia y armonía» de la que hacía gala García Baena. «Era capaz de señalar lo que le disgustaba a penas con un gesto y también era comedido, aunque entusiasta, con aquello que le gustaba. Era un hombre tan equilibrado como su poesía. Pablo escribía como era y era como escribía. Era un esteta, pero su estética tenía una condición ética innegable».

Según comunicó ayer la familia de García Baena, su funeral se celebrará este martes (10.00 horas) en la iglesia parroquial de San Miguel. Posteriormente, a las 12.00 horas, en la Iglesia de la Virgen de los Dolores, tendrá lugar un responso.